La organización Mendonarte reunió a más de 40 jóvenes para limpiar uno de los espacios naturales más emblemáticos de Mendoza. El operativo expuso la magnitud de los residuos acumulados y resaltó la necesidad de replicar estas acciones en otras provincias.
El sábado 13 de septiembre, más de 40 voluntarios de la organización Mendonarte llevaron adelante una jornada de limpieza en el Dique Potrerillos, ubicado a 70 kilómetros de la ciudad de Mendoza, donde lograron recolectar más de 200 kilos de basura. La actividad, que se extendió durante seis horas, no solo puso en evidencia la enorme cantidad de desechos que impactan en el paisaje y en la seguridad de quienes lo disfrutan, sino que también se transformó en un gesto de compromiso ambiental y comunitario.
“Para nosotros fue un acto de amor hacia el dique, la naturaleza y nuestra comunidad. Cada gesto cuenta, y creemos que cuidando nuestro entorno fortalecemos la comunidad y nos transformamos juntos”, explicó Juan Cunietti, integrante de Mendonarte.
Entre los residuos recolectados se encontraron botellas de vidrio, plásticos, papeles usados y objetos insólitos, que representan un riesgo directo para quienes disfrutan del lugar, especialmente niños y personas que caminan descalzas en las orillas del embalse.
Mendonarte está conformada mayoritariamente por jóvenes de entre 18 y 25 años, aunque no hay límite de edad para sumarse. Sus actividades no se limitan a limpiezas ambientales: también realizan plantación de árboles, visitas a merenderos, hogares de adultos mayores y acciones solidarias en barrios vulnerables.
La dinámica de la organización combina el trabajo comunitario con instancias de encuentro entre los voluntarios. “El proyecto no solo se trata de dar, también de recibir. Después de cada jornada compartimos un espacio social para escucharnos y apoyarnos. Eso es lo que nos mantiene unidos”, resaltó Cunietti.
El operativo de Potrerillos recuerda a las campañas realizadas en Neuquén y Río Negro, donde vecinos y organizaciones han organizado limpiezas en bardas, balnearios y canales de riego. Estas iniciativas permiten visibilizar la contaminación y despertar conciencia sobre la necesidad de proteger espacios que son clave tanto para el turismo como para el abastecimiento de agua potable.
En este caso, el dique mendocino no solo es un atractivo turístico, sino también la principal fuente de agua de la provincia, lo que vuelve urgente reforzar la cultura del cuidado y la responsabilidad colectiva.


