Una serie de disturbios con disparos alteró la calma del barrio Z1 de Neuquén entre la noche del miércoles y la madrugada de este jueves. El comisario Eduardo Vergara confirmó que hubo dos intervenciones policiales, una cerca de las 20 horas y otra alrededor de las 2 de la mañana, en medio de enfrentamientos entre dos familias con antecedentes de disputas en la zona.

En la primera intervención, un grupo de jóvenes apedreó una vivienda perteneciente a una familia del sector, lo que derivó en la respuesta policial. Los efectivos emplearon métodos disuasivos para dispersar a los agresores y restaurar la tranquilidad. No se registraron personas lesionadas ni daños a móviles policiales, aunque los vecinos quedaron en estado de alerta por la violencia desatada en la vía pública.

Vergara explicó que se trata de grupos antagónicos con enemistades previas, compuestos en su mayoría por menores de edad. La Fiscalía de Delitos Juveniles ha intervenido en varias ocasiones por hechos similares, pero las agresiones persisten con frecuencia en la calle o frente a las viviendas de los involucrados. La situación, según el comisario, es una problemática repetitiva en este barrio periférico.

La segunda intervención ocurrió alrededor de la 1:50 de la madrugada, cuando unos diez jóvenes intentaron nuevamente atacar la misma vivienda. La policía, que ya mantenía un operativo de patrullaje preventivo, logró dispersar al grupo y procedió a la demora de dos personas: un menor de edad que incitaba a los demás y una mujer mayor que también participaba de los disturbios.

Ambos demorados fueron trasladados a la comisaría, y en el caso del menor se dio intervención a la Comisaría de la Niñez. Vergara remarcó que pese a la gravedad de los hechos, ninguna de las familias involucradas radicó denuncias formales ni se encontraron vainas servidas que confirmaran disparos, aunque varios vecinos aseguraron haber escuchado detonaciones.

La zona más afectada fue un sector comprendido entre las calles Los Patos, Piukén y Piedra de la Barda, que abarca aproximadamente tres manzanas del barrio Z1. Allí se produjeron las agresiones y posteriores intervenciones, lo que generó temor entre los residentes que presenciaron los disturbios durante la noche.

El comisario informó que se mantendrá un refuerzo del patrullaje en el área para prevenir nuevos incidentes. Actualmente, el barrio cuenta con una posta policial que sirve de base a móviles y bicicletas, lo que permitirá una respuesta más rápida si la violencia vuelve a repetirse. A pesar de ello, los vecinos aseguran sentirse desprotegidos y reclaman mayor seguridad.

Vergara insistió en que la policía continuará trabajando en el sector, aunque subrayó la dificultad de actuar frente a conflictos que involucran a menores y familias enteras. La falta de denuncias y la persistencia de enemistades históricas hacen que estos hechos se repitan con frecuencia, comprometiendo la tranquilidad de un barrio que vive bajo la amenaza constante de nuevos enfrentamientos.