La calma del barrio Don Bosco III volvió a romperse anoche cuando un conflicto de larga data entre dos familias por la ocupación de una vivienda en calle Cacheuta se transformó en una batalla campal. Según informó el comisario Marcos Diocari, de la unidad policial de la zona, alrededor de las 22:30 los vecinos alertaron sobre un desorden con al menos 15 personas que se enfrentaban violentamente en plena vía pública.

Al llegar el primer móvil policial, el personal fue agredido con piedras y otros elementos contundentes, lo que obligó a solicitar refuerzos ante la magnitud del enfrentamiento. Participaron en el operativo efectivos de la División Metropolitana, especializados en control de disturbios, quienes debieron emplear cartuchos antitumulto para dispersar a los involucrados.

El procedimiento dejó como saldo ocho personas demoradas, entre ellas un menor de edad que quedó bajo la intervención de la Comisaría del Menor, tal como establece el protocolo. Además, dos personas resultaron heridas, aunque las lesiones no fueron de gravedad y no se registraron disparos de armas de fuego letales, según confirmó la policía.

Los disturbios se originaron en una disputa por la tenencia de una propiedad ubicada en el sector, un conflicto que —según fuentes policiales— lleva años sin resolverse y ha generado reiteradas intervenciones en la zona. “Se trata de un problema de vieja data”, explicaron desde la fuerza, destacando que los enfrentamientos entre los mismos grupos ya habían requerido actuaciones anteriores.

Los demorados permanecen bajo custodia mientras se aguardan las directivas de la fiscalía de turno, que deberá definir las imputaciones correspondientes. En paralelo, se dispuso un refuerzo del patrullaje en el área para prevenir nuevos incidentes durante las próximas noches.

La policía evalúa mantener una presencia preventiva en el barrio, dado el carácter persistente de la disputa familiar y la tensión que persiste entre los grupos enfrentados.

El episodio volvió a poner en evidencia los conflictos sociales vinculados a la tenencia irregular de viviendas en distintos barrios de la capital neuquina, una problemática que ha generado en los últimos meses múltiples intervenciones policiales y reclamos vecinales por mayor seguridad.