Vecinos y vecinas de Las Perlas realizaron una caravana hacia Cipolletti para exigir respuestas ante la crisis hídrica y sanitaria que atraviesa la comunidad desde hace semanas. “El agua es un derecho humano que el gobierno nos está negando”, denunció Natalia Vallejos, una de las referentes vecinales, en diálogo con Radio 7.

El reclamo se dirige a las autoridades municipales y provinciales por la falta de avances en la puesta en marcha de una bomba presurizadora prometida el pasado 18 de septiembre por el secretario de Gobierno de Cipolletti. Según Vallejos, el anuncio nunca se concretó y cientos de familias continúan sin agua en los barrios Costa Esperanza, Vista del Valle y otros sectores de Las Perlas.

“Estamos en emergencia hídrica sanitaria. No tenemos respuesta ni solución por parte de las autoridades. Llevamos días sin agua, y es desesperante”, afirmó la vocera. La comunidad exige no solo la activación de la bomba sino también la construcción de una planta potabilizadora que garantice el abastecimiento de agua segura a los más de 25.000 habitantes del lugar.

Los vecinos advierten que el agua que reciben por bombeo no es apta para consumo humano. “No es agua potable. Los análisis solo indican que no tiene bacterias, pero está cargada de metales. Vivimos al lado de un río rodeado de pozos petroleros”, remarcó Vallejos. Esta situación, dicen, pone en riesgo la salud y vulnera derechos básicos.

El malestar vecinal también se vincula con la falta de autonomía política del barrio, que depende administrativamente del municipio de Cipolletti pese a estar ubicado a más de 25 kilómetros de su centro urbano. “Ya deberíamos ser un municipio, tenemos población suficiente según el censo de 2021, pero una ley de 1987 nos mantiene bajo la jurisdicción cipoleña”, explicó la dirigente, quien recordó que el traslado a las oficinas municipales implica atravesar toda la ciudad de Neuquén.

Ante la falta de respuestas locales, los vecinos de Las Perlas llevaron su reclamo a la Defensoría del Pueblo de Cipolletti, donde presentaron un pedido de amparo. “Esto ya es una tortura. Nos están condenando a vivir sin un recurso esencial. El abandono es total”, concluyó Vallejos.

Mientras tanto, el verano se aproxima y el consumo de agua por vivienda aumenta. Las familias temen que, sin una solución inmediata, la situación se agrave y se repita el mismo escenario crítico que vivieron durante los meses más calurosos del año pasado.