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Un fin de semana crítico por incendios, 40 autos quemados y ráfagas de 95 km/h

Los Bomberos Voluntarios de Centenario atravesaron uno de los fines de semana más exigentes de los últimos meses, marcado por incendios simultáneos, viento extremo, focos intencionales y la presencia de materiales peligrosos. El hecho más crítico ocurrió el sábado, cuando un basural de la zona de Corrientes y Centenario se encendió y el fuego se […]

Los Bomberos Voluntarios de Centenario atravesaron uno de los fines de semana más exigentes de los últimos meses, marcado por incendios simultáneos, viento extremo, focos intencionales y la presencia de materiales peligrosos. El hecho más crítico ocurrió el sábado, cuando un basural de la zona de Corrientes y Centenario se encendió y el fuego se propagó a un desarmadero, provocando que alrededor de 40 vehículos quedaran completamente destruidos.

El jefe del cuartel, Patricio Álvarez, describió la intervención como “uno de los trabajos más arduos del año”, agravado por las ráfagas de 95 km/h que durante la tarde dispararon brasas y desechos livianos desde la barda hacia distintas direcciones. “La gente arroja basura en ese cañadón y muchas veces la prende fuego. Con viento así, las bolsas y cartones vuelan encendidos. Fue imposible contenerlo rápido”, explicó.

El operativo requirió tres dotaciones, uso de equipos autónomos de respiración y maniobras en condiciones de visibilidad casi nula. Los vehículos incendiados incluían unidades con equipos de GNC, lo que elevó el riesgo de explosiones mientras los bomberos avanzaban entre temperaturas extremas.

Además de este foco, los bomberos trabajaron en Centenario y Vista Alegre por incendios generados por la caída de árboles sobre tendidos eléctricos, consecuencia directa del temporal. A ello se sumaron entre tres y cuatro incendios intencionales, iniciados pese a los avisos municipales que prohibían cualquier tipo de quema por riesgo extremo.

Uno de los episodios más delicados se registró en Río Negro y Lanín, en el ex aserradero de Mony Azul, hoy propiedad de la familia Lozano. Allí ardió un sector de madera acumulada junto a un tanque que alguna vez transportó líquidos tóxicos. Por el riesgo químico, el equipo debió trabajar con protocolos especiales, enfriando ambas caras del depósito mientras verificaban con cámara térmica posibles puntos críticos. El tanque finalmente fue retirado por un chofer de la empresa para descartar un estallido.

El viento y el humo generaron además otro incidente: un vecino debió ser hospitalizado por intoxicación con monóxido de carbono al intentar sofocar un foco por su cuenta. “La gente subestima el monóxido y el fuego. En minutos puede ser mortal”, advirtió Álvarez.

Para hoy y mañana rige un nuevo alerta por viento, por lo que los bomberos insistieron en suspender quemas, evitar arrojar residuos en cañadones y utilizar los centros de acopio municipales. “El fuego no perdona y no podemos estar en todas partes al mismo tiempo. Lo más importante es cuidar la vida”, cerró el jefe del cuartel.

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