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Tren Norpatagónico a Vaca Muerta: se retoma el proyecto y se buscan inversionistas

Tras siete años en carpeta, el proyecto del tren a Vaca Muerta resurge con fuerza en la agenda política y económica de Argentina, captando la atención de inversionistas privados que buscan impulsar esta obra clave para la logística del megayacimiento neuquino. La iniciativa, conocida como el Tren Norpatagónico, promete revolucionar el transporte de insumos y […]

Tras siete años en carpeta, el proyecto del tren a Vaca Muerta resurge con fuerza en la agenda política y económica de Argentina, captando la atención de inversionistas privados que buscan impulsar esta obra clave para la logística del megayacimiento neuquino. La iniciativa, conocida como el Tren Norpatagónico, promete revolucionar el transporte de insumos y aliviar la presión sobre las rutas, en un contexto donde la explotación de hidrocarburos no convencionales exige soluciones eficientes.
El anuncio del reflote llega en un momento crítico para Vaca Muerta, donde la logística se perfila como el próximo cuello de botella, según advirtió Horacio Marín, CEO de YPF, quien ha puesto el tema en el centro de la discusión. La propuesta, que conectaría Añelo con Bahía Blanca y potencialmente más allá, busca reducir costos y optimizar la cadena de suministro, atrayendo así el interés de empresas nacionales e internacionales.
La empresa TBSA, liderada por Sebastián Cantero, encabeza la iniciativa privada que impulsa esta nueva etapa del proyecto, proponiendo no solo reactivar el ramal existente entre Bahía Blanca y Contralmirante Cordero, sino también construir una vía férrea hasta Añelo y Paso Córdoba. Este ambicioso plan, que incluye un corredor logístico integral, ya cuenta con avances en la búsqueda de financiamiento externo.
El costo estimado para la traza completa asciende a unos 1.200 millones de dólares, una cifra que refleja la magnitud de la obra y los desafíos que enfrenta, como el reciente temporal en Bahía Blanca que incrementó los costos al dañar infraestructura existente. Sin embargo, la promesa de un retorno a largo plazo seduce a inversionistas, especialmente tras la aprobación de la Ley Bases que incentiva la inversión privada.
YPF se suma al esfuerzo formando un consorcio con otras petroleras para garantizar el abastecimiento de insumos clave como la arena para fracking, un componente esencial cuya demanda se disparará en los próximos años. La colaboración entre el sector público y privado, junto con el interés de fondos extranjeros, marca un giro respecto a intentos previos que naufragaron por falta de apoyo.
El proyecto no solo se limita a Vaca Muerta, sino que planea extenderse hacia Zapala y eventualmente conectar con Chile, reviviendo el sueño del Tren Trasandino Sur. Esta visión binacional, que uniría los océanos Atlántico y Pacífico, ha despertado el interés de gobiernos y empresarios al otro lado de la cordillera, aunque su concreción se proyecta a más largo plazo.
A pesar del entusiasmo, persisten dudas sobre la viabilidad económica y ambiental del tren, ya que históricamente el transporte ferroviario de carga ha sido poco rentable en Argentina sin subsidios estatales. La modalidad de “open access” propuesta por algunos actores, que separa la infraestructura de las operaciones, podría ser la clave para atraer más capital privado y garantizar su sostenibilidad.
La historia del Tren Norpatagónico refleja los vaivenes políticos del país: impulsado durante el gobierno de Macri, estancado bajo el gobierno de Alberto Fernández y ahora revitalizado con el gobierno de Javier Milei, quien apuesta por la desregulación y la inversión privada. Mientras las obras preliminares avanzan, como la playa ferroviaria en Añelo, el desafío será mantener el impulso y concretar un proyecto que podría transformar el futuro energético de Argentina.

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