
El peronismo bonaerense busca avanzar a paso firme en la previa del cierre de listas y trabaja contrarreloj para evitar fugas de último minuto que puedan generar dolores de cabeza para el tridente que integra el gobernador Axel Kicillof, el jefe del PJ provincial Máximo Kirchner y el referente del Frente Renovador, Sergio Massa.
“Todavía no está nada cerrado. Vamos avanzando bien, pero despacio”, deslizaron a la Agencia Noticias Argentinas fuentes de la mesa política que se encuentra diagramando el armado bonaerense de Fuerza Patria (FP), espacio que agrupó a la mayoría de las tribus del justicialismo de PBA.
El frente que integra el Movimiento Derecho al Futuro, el FR y el PJ bonaerense busca construir un armado sólido de cara al 19 de julio, sobre todo en los escenarios más complejos para FP, como son los municipios donde el peronismo no tiene un intendente de referencia o jurisdicciones con disputas locales.
A esta delicada tarea está abocada la comisión que integran Facundo Tignanelli y Emmanuel González Santalla (PJ); Carlos Bianco y Gabriel Katopodis (MDF); Ruben Eslaiman y Sebastián Galmarini (FR), quienes son los encargados de que el espacio pueda darle representación en las listas a todos los sectores que conforman la alianza.
En este esquema, uno de los principales temores que existen en el frente tiene que ver con las posibles traiciones que lleguen desde el bando propio sobre el cierre de nóminas. Es por esto que se muestran reacios a arriesgar posibles nombres de figuras políticas para ocupar lugares en el armado.
“La lista la van a entregar a último momento por miedo a las traiciones”, plantearon a esta agencia fuentes partidarias, que miran con recelo la posibilidad de que los dirigentes que queden por fuera de las nóminas vayan a golpear la puerta de otros espacios.
Dentro de este escenario, la mesa política de FP también sigue las alternativas de los peronistas que quedaron por fuera del frente común, como es el caso del intendente de Tigre, Julio Zamora, quien se sumó a las filas del espacio de centro Somos Buenos Aires y puede captar votos de desencantados del PJ y los libertarios.
Además, miran de reojo los pasos del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, quien podría ser candidato en la provincial o la nacional y causar una fuga de votos en un distrito clave como la Tercera Sección Electoral.
Pero los conflictos no se quedan en los territorios donde el peronismo bonaerense tendrá que competir con jefes comunales díscolos, ya que también se avizoran tensiones en municipios como Morón, donde el intendente Lucas Ghi –alineado con el MDF– tiene una disputa propia con el referente de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella.
La predominancia de los jefes comunales en las nóminas seccionales destrabó en cierta medida la disputa en otro distrito clave como Avellaneda. Allí, el intendente Jorge Ferraresi ya adelantó su postulación a primer concejal, pero aún no se sabe cómo será la convivencia con el kirchnerismo.
En ese contexto, el riesgo de que figuras con peso territorial decidan romper con el armado común y jugar por fuera mantiene en vilo a la conducción del peronismo bonaerense. Más que una amenaza externa, el mayor desafío parece ser la capacidad del oficialismo de contener a los propios y evitar conflictos territoriales que puedan hacerle daño al frente.