
Desde su asunción como ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger encarna la promesa más radical del gobierno de Javier Milei: achicar el Estado argentino y desatar las fuerzas del mercado. La famosa foto con la pila de papeles que preparó junto a Patricia Bullrich en la campaña de 2023 fue apenas un adelanto del ambicioso plan de reformas que ya empezó a ejecutar y que promete profundizar en los próximos meses.
En su despacho, según cuenta la Revista Newsweek un cartel cuenta los días que le quedan para completar su misión: revisar más de 4.000 leyes y regímenes, desarmar privilegios y eliminar trabas para el sector privado. La “implosión” del aparato estatal, como la define su entorno, avanza con una combinación de velocidad inédita y objetivos que todavía están lejos de cumplirse en su totalidad.
Qué se hizo
Las cifras son elocuentes. En menos de un año, el Gobierno modificó o derogó más de 400 normativas —más de una por día— y desmanteló más de 200 áreas de la administración, entre direcciones nacionales, direcciones generales y coordinaciones. También redujo los ministerios a menos de la mitad y eliminó numerosas secretarías y subsecretarías.
El ajuste sobre la planta estatal fue uno de los ejes principales: decenas de miles de empleados públicos fueron despedidos, y unos 40.000 contratos precarios que vencían en diciembre se prorrogaron apenas hasta marzo, sin garantía de continuidad.
En paralelo, Sturzenegger impulsó la Evaluación General de Conocimientos y Competencias, una suerte de examen “antiñoquis” que será obligatorio para quienes aspiren a ingresar al Estado Nacional desde 2025.
Todo esto formó parte de un paquete inicial respaldado por la Ley Bases y el DNU 70/23, textos que el propio ministro redactó junto a Bullrich antes de la asunción de Milei y que sentaron las bases normativas de esta primera etapa.
Lo que viene
Pero el propio Milei reconoce que apenas se ejecutó “una cuarta parte” del plan. La segunda etapa promete ser aún más drástica, con reformas estructurales en el mercado laboral, el sistema previsional y el régimen tributario.
Entre las próximas medidas figura la eliminación del 90% de los impuestos existentes, para concentrar la recaudación en solo seis tributos principales. También se proyecta una nueva desregulación de las obras sociales, habilitando la competencia y la entrada de nuevos actores, algo que podría enfrentar resistencia de los sindicatos.
En el terreno previsional, el Gobierno prepara una reforma para aumentar la edad jubilatoria, eliminar los regímenes especiales y unificar los requisitos para hombres y mujeres.
Finalmente, avanzará un ambicioso programa de privatizaciones y continuará la poda en el sector público, con el cierre de nuevas áreas y la no renovación de contratos temporales.
La motosierra todavía no terminó
Con un fuerte consenso social encarnado en la figura de Milei y una determinación explícita de “demoler” las estructuras burocráticas que el ministro conoce en detalle desde hace décadas, Sturzenegger promete ejecutar las próximas etapas “sin gradualismos”.