
En una decisión que tomó por sorpresa a productores y entidades rurales, el Gobierno Nacional habilitó el ingreso de carne con hueso a la Patagonia, eliminando una restricción sanitaria vigente desde hace más de dos décadas. La medida, publicada en el Boletín Oficial, despertó preocupación en el sector ganadero patagónico, que advierte sobre el riesgo de perder el estatus de zona libre de aftosa sin vacunación.
Desde la Sociedad Rural del Neuquén, expresaron su desconcierto por la falta de consulta previa antes de la resolución. “Nos sorprende porque veníamos trabajando en este tema con otras rurales y el Gobierno, y no estábamos al tanto de que se iba a tomar una decisión de manera tan intempestiva”, sostuvo María Cecilia de Larminat, presidenta de la entidad.
La funcionaria también remarcó que no existen garantías de que esta medida tenga un impacto positivo en el precio de la carne para los consumidores patagónicos. “La carne sin hueso ya ingresa libremente a la región y nunca vimos que eso haya generado una baja en los precios. El precio lo define la oferta y la demanda, no una resolución administrativa”, explicó Larminat.
El principal temor de los productores es que se ponga en riesgo el estatus sanitario que distingue a la Patagonia como libre de fiebre aftosa sin vacunación, una condición clave para la exportación de carne y otros productos agropecuarios. “No se trata solo del precio del costillar. Se pone en riesgo un estatus sanitario logrado con mucho esfuerzo”, advirtió Larminat, quien además reclamó fortalecer los controles en el norte del país.
El impacto de la medida no solo preocupa a nivel interno, sino que también genera dudas sobre la reacción de los mercados internacionales y países vecinos, en particular Chile. El país trasandino es uno de los destinos más importantes para la exportación de corderos y carne patagónica, y no se descarta que pueda imponer restricciones adicionales tras este cambio en la normativa argentina.
Desde la Sociedad Rural del Neuquén también subrayaron que la incertidumbre afecta de lleno la planificación del sector productivo, que necesita reglas claras para definir inversiones y estrategias de comercialización. “Estamos en plena zafra de terneros y esta medida genera incertidumbre justo en un momento clave para el mercado ganadero”, sostuvo Larminat.
Aunque la resolución ya entró en vigencia, los productores patagónicos exigen que el Gobierno garantice un sistema de control sanitario estricto, para evitar retrocesos en el trabajo de décadas. La vigilancia sobre los camiones transportistas y los puntos de ingreso a la región será determinante para mitigar los temores que hoy expresan las entidades rurales.
En este escenario, la falta de previsibilidad es uno de los reclamos más fuertes del sector ganadero, que advierte que las decisiones unilaterales generan desconfianza y pueden frenar el desarrollo productivo. Por ahora, los productores esperan respuestas claras mientras se ajustan a la nueva normativa.