El Club Sapere, ubicado en Neuquén, ha sufrido dos robos en menos de 48 horas, lo que ha desatado la indignación de la comunidad y de los padres que trabajan para mantener el club en funcionamiento. Julio Zuñiga, integrante de la Comisión Normalizadora de Padres del club, detalló los lamentables hechos en una reciente entrevista.
Desde el inicio del año, el club ha registrado seis robos, lo que pone de manifiesto un problema creciente de inseguridad en la zona. Zuñiga comentó que el último atraco ocurrió entre la una y las tres de la tarde, y se llevaron elementos esenciales, incluidos accesorios de los baños de árbitros y dañaron una puerta, dejándola inservible.
El impacto de estos robos es considerable. “Termina costándonos mucho dinero en reparaciones”, lamentó Zuñiga. A medida que los delincuentes causan daños, la comunidad se ve obligada a destinar recursos que podrían ser utilizados para mejorar las instalaciones y ofrecer mejores servicios a los jóvenes deportistas.
El club, que ha sido revitalizado por un grupo de padres y vecinos, enfrenta dificultades adicionales debido a la falta de seguridad en el área. Las cámaras de vigilancia fueron desmanteladas, lo que ha dificultado la identificación de los responsables. “Nos arrancaron los cables y dejaron de funcionar”, explicó Zuñiga.
Los robos no son un fenómeno aislado; la inseguridad en el barrio ha aumentado en las últimas semanas, lo que ha llevado a los padres a considerar medidas de seguridad adicionales para proteger el club. Sin embargo, enfrentan el desafío de que estas iniciativas deben surgir de la comunidad, dado el abandono del club por parte de las autoridades.
La situación del Club Sapere es preocupante, ya que su funcionamiento depende de la regularización administrativa. “Llevamos tres años trabajando en esto y hemos hecho pedidos para que se regularice la situación del club”, subrayó Zuñiga, quien destacó la importancia de tener el club en condiciones para competir en ligas locales.
La comunidad ha visto progresos en la revitalización del club en los últimos tres años, logrando sacar a varios jóvenes del barrio hacia competencias más formales. Sin embargo, la falta de documentación impide su participación en la Liga Lifune, limitando las oportunidades para muchos chicos que buscan desarrollar sus talentos deportivos.
La esperanza de Zuñiga y los padres es que estos robos cesen y que se restablezca la seguridad, permitiendo al Club Sapere continuar su labor. “Ojalá sea el último robo, porque tenemos alrededor de 100 chicos entrenando y muchos más quieren regresar”, concluyó. La comunidad espera que, con el apoyo adecuado, el club pueda seguir siendo un lugar seguro y de desarrollo para los jóvenes de la zona.
