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Refugio lleno y frío extremo: piden camperas, calzado y ropa interior

A un mes de su apertura, el refugio de emergencia ubicado en Ciudad Deportiva de Neuquén capital superó este viernes el límite de 120 plazas. En total, ya pasaron por el lugar 391 personas en situación de calle, muchas de ellas empapadas por las lluvias y con urgencias médicas. La ONG Red Solidaria, representada por […]

A un mes de su apertura, el refugio de emergencia ubicado en Ciudad Deportiva de Neuquén capital superó este viernes el límite de 120 plazas. En total, ya pasaron por el lugar 391 personas en situación de calle, muchas de ellas empapadas por las lluvias y con urgencias médicas.

La ONG Red Solidaria, representada por Rubén Lezcano y Claudia Boronat, confirmó que la necesidad de ropa de abrigo es urgente. “Lo que más se necesita son camperas impermeables, buzos, pantalones que no sean jeans, medias, zapatillas caña alta y ropa interior, especialmente calzoncillos largos y bombachas para mujeres”, detallaron en una entrevista.

La campaña cuenta con dos puntos de recepción:

  • En Canal 7, ubicado en Riavitz 7 (hasta el domingo).

  • En la Ciudad Deportiva, en Lanín 1600 y Gobernador Anaya, después de las 19 hs (frente a las carpas blancas del parador).

En el refugio se brinda asistencia integral, que incluye alimentación, atención médica, espacio de descanso y acompañamiento social. Un punto destacado es el trabajo del equipo sanitario de la Secretaría de Emergencias, que atiende a personas con enfermedades infecciosas o heridas. “Piden hasta Dermagloss con vitamina A, como si fuera una terapia intensiva. La dedicación es total”, expresó Lezcano.

Además, unas 30 personas ya fueron vinculadas con procesos de intermediación laboral, una herramienta clave para la reinserción. “Cada prenda cuenta, porque no solo abriga: muchas personas necesitan presentarse limpias a entrevistas de trabajo o salir a vender sus productos”, explicó Boronat.

También se destacó el gesto solidario de quienes donan: niños llevando bolsas, voluntarios tejiendo cuellitos y ponchos hechos con frazadas, y vecinos que dejan la ropa y reciben el aplauso de quienes se alojan en el refugio.

“Pedimos que la ropa esté en buen estado. No es descarte. Es la ropa que usarías hoy o mañana”, recordaron desde la ONG.

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