
En una entrevista con Radio 7, el economista Fabián Correa analizó la nueva suba del dólar, que escaló un 14% en julio y se ubicó en $1380, una cifra que reaviva la preocupación sobre la estabilidad macroeconómica y el posible impacto en los precios. “Estamos muy cerca de la banda superior del tipo de cambio. Apenas un 6% por debajo”, indicó Correa, y explicó que podría tratarse de un movimiento especulativo para ver si el Banco Central interviene vendiendo divisas.
Correa explicó que uno de los factores que impulsó la suba es la compra de dólares por parte del propio gobierno, en torno a $1500 millones, que si bien no fue realizada directamente por el BCRA, sí generó emisión monetaria. Además, mencionó la desactivación de las letras LEFIC, que hizo que los bancos recibieran liquidez y algunos fondos hayan sido dirigidos al mercado cambiario.
Frente a este panorama, el gobierno comenzó a aplicar medidas correctivas, como el aumento de los encajes bancarios y de los fondos comunes de inversión, con el objetivo de absorber pesos y frenar la presión sobre el tipo de cambio. Sin embargo, esta política también podría enfriar aún más la economía, que ya muestra signos de estancamiento.
Riesgo electoral, reformas estancadas e incertidumbre política
Para Correa, otro factor relevante es la incertidumbre política de cara a las elecciones legislativas. “Cada vez que el gobierno envía un proyecto al Congreso tiene dificultades. La fase cuatro del plan incluye reformas impositivas, laborales y previsionales, pero necesita apoyo parlamentario”, señaló.
Respecto a la posibilidad de que la suba del dólar se traslade a precios, el economista dijo que aún es temprano para afirmarlo. “La economía está bastante fría, y eso podría limitar el impacto. Pero si el dólar se sostiene en este nivel o sigue subiendo, es probable que se traslade a la inflación. Al gobierno no le conviene, porque su principal bandera es el descenso del índice de precios”, advirtió.
También recordó que este tipo de movimientos no son inéditos. “En julio del año pasado el dólar llegó a $1400, luego bajó a $1050. En abril volvió a $1400 y después descendió nuevamente. Hay que ver si esta suba es estructural o un pico de volatilidad”, explicó Correa.
Banda cambiaria y expectativas
El economista destacó la necesidad de que los argentinos se acostumbren a vivir en un régimen de banda cambiaria, donde el tipo de cambio fluctúa. “La falta de un dólar fijo genera incertidumbre, al menos hasta que el mercado se acomode y encuentre un equilibrio”, concluyó.
Por ahora, el mercado espera señales claras del Ejecutivo respecto al rumbo económico y la contención de la volatilidad. La semana próxima será clave para observar si el tipo de cambio logra estabilizarse o si se mantiene la presión sobre el peso.