
La posibilidad de un desguace ferroviario a nivel nacional encendió las alarmas en distintos gremios y provincias. Desde la Fraternidad Ferroviaria, su referente Hugo Tamborindegui advirtió que la falta de inversión y el deterioro de las formaciones podría derivar en cierres de ramales y reducción de frecuencias, afectando directamente al Tren del Valle y a los servicios urbanos e interurbanos.
En diálogo con Radio 7, Tamborindegui, explicó que el sindicato declaró estado de alerta al observar que los trenes circulan cada vez en peores condiciones y sin señales de inversión por parte del gobierno nacional. “La idea del gobierno parece ser reducir el transporte ferroviario porque no hay inversión, no hay repuestos y las vías están deterioradas”, expresó.
El dirigente explicó que en algunos tramos se ordenó la circulación a solo 30 kilómetros por hora, no por medidas gremiales, sino por seguridad, debido al mal estado de las vías. “El riesgo es que un día aparezcan con el anuncio del cierre y dejen sin trenes a las localidades”, alertó.
En la región, el Tren del Valle aparece como el más comprometido. Actualmente funciona con una sola formación y con una frecuencia reducida, lo que ya limita la demanda de pasajeros. Tamborindegui recordó que este ramal nació con la idea de conectar Cipolletti y Neuquén hasta el aeropuerto, y luego se extendió a Plottier, pero sigue operando con restricciones importantes.
El referente sindical también destacó que la provincia de Río Negro mostró mayor interés en sostener el transporte ferroviario, impulsando la provincialización de algunos servicios y garantizando el funcionamiento del Tren Patagónico. Sin embargo, advirtió que los esfuerzos deben ser compartidos entre Neuquén y Río Negro para evitar un retroceso en la conectividad de la región.
El intendente de Neuquén, Mariano Gaido, fue señalado como uno de los funcionarios que más trabajó en la reactivación del Tren del Valle, apostando por su extensión. Sin embargo, la falta de inversión nacional limita los avances y genera incertidumbre sobre el futuro del servicio que diariamente utilizan cientos de pasajeros.
Consultado sobre la rentabilidad, Tamborindegui reconoció que los trenes suelen ser deficitarios, pero cumplen un rol social insustituible, ofreciendo un transporte más económico que el automotor y fundamental para conectar comunidades. “No creo que los números cierren en superávit, pero el objetivo no debe ser ese, sino garantizar el acceso al transporte”, sostuvo.
Finalmente, desde la Fraternidad insistieron en que la defensa del sistema ferroviario es clave para el desarrollo regional y que la discusión debe darse en conjunto entre gremios, gobiernos provinciales y municipios. “Ojalá no ocurra el desguace, pero todo indica que se avanza en esa dirección”, concluyó Tamborindegui.