
Atravesamos estos días fechas importantes de la fe. La comunidad católica y judía en estos
días celebran las Pascuas. Cada uno con sus significados y símbolos, sus creencias y sabidurías.
Más allá de las cuestiones religiosas de fe de cada uno me gustaría compartir con ustedes
algunas reflexiones.
“Pésaj (en hebreo פסח’ ,salto’) es una festividad judía que conmemora la liberación del pueblo
hebreo de la esclavitud de Egipto relatada en el Pentateuco, fundamentalmente en el Libro del Éxodo. El pueblo hebreo ve el relato de la salida de Egipto como el hito que marca la
conciencia de los descendientes de Jacob, con su identidad entendida en términos
de nación libre y provista de una Ley. También se la llama Pascua judía o Pascua hebrea (para distinguirla de la Pascua de Resurrección celebrada por el cristianismo)”
“La palabra Pascua aparece en latín como «pascha», en el griego πάσχα «páscha» y en el
hebreo (pesáh) Pésaj en español, señala la Real Academia Española. Y Pascua
significa básicamente «paso» o «salto».
“…Según las Sagradas Escrituras, con la Pascua Dios da a los cristianos la esperanza por la
resurrección y por una nueva forma de vida, representada en el regreso de Cristo de entre los
muertos.”
Me resulta muy interesante estas coincidencias y por supuesto, teniendo en cuenta
que las religiones existen como herramienta de conexión entre los hombres y lo
Superior, lo Divino, invito desde mi humilde lugar a realizar mi aporte.
Aquello que me resuena y me interesa mucho en estos días es la posibilidad de unión,
de coincidencia. Judíos y católicos celebrando por cuestiones similares. La liberación,
el paso, que implica dejar algo atrás para acceder a algo nuevo y desconocido. La
superación de la muerte, la resurrección. Obviamente también podemos asociar la
resurrección como liberación, algo nuevo. Pasar de un estado a otro.
Pienso en estos días en la muerte y el temor que le regalamos. Tememos morir
sabiendo que inevitablemente es nuestro destino. Negamos la palabra, no la decimos,
nos angustia, sabiendo que estamos muriendo un poco cada día. No es que me puse
pesimista de golpe, pero es que tenemos millones de células que mueren todos los
días y otras tantas nacen. Nuestras uñas crecen y mueren, por ejemplo. Morimos
constantemente sin ser conscientes y así y todo le tememos a la muerte.
Educados para vivir pensando en el mañana y no en el hoy, negando la muerte. No
resulta muy coherente. ¿Porque si vivimos pensando en el mañana sabiendo que ahí
está la muerte que negamos? ¿Para qué pensamos allá y no acá? ¿Dónde estamos?
Por otra parte, de estas Pascuas me gusta la palabra “Paso”. Me seduce, me parece
alentadora. Me suena a transición, a dejar algo para tomar otra cosa. Si eso se realiza
sugiere que estoy ahí, atento a aquello que sucede. Me suena presente y me suena a
acción.
Aprovecho para hacer mis reflexiones acerca de la imagen del Cristo crucificado. ¿Por
qué nos lo muestran siempre clavado en la cruz, agobiado y agotado cuando pudo
resucitar?
Me gusta ver al ser humano como un ser animal consciente de sus actos, con poder de decisión y reflexión. Un ser de acción y cambio junto a su entorno.
No me gustan los mensajes que hablan de malos contra buenos y un ganador o
perdedor.
No digo que no haya malos y buenos. Creo que todos somos un poco ambos,
dependiendo las circunstancias.
Obviamente tenemos que intentar ser cada vez mejores, superar nuestros obstáculos
y desarrollarnos para que podamos estar un escalón más arriba que ayer. No
considero interesante (desde mi mirada) estar un escalón más arriba que otro…Ya que
cada uno tiene una escalera y pie diferente. Subir un escalón en el desarrollo personal
es el punto.
Accionar nuestro propio “Paso de Pascua” todos los días para dejar lo que no nos hace bien, tomar algo nuevo, pensar y sentir instancias que nos hagan sentir liberados. Es una tarea tan profunda que no hay tiempo de distracciones. Es conexión con uno, con otro, con el Universo. Presente. Acción. Cambio constante.
Feliz Paso, hoy y cada día. Con fe en algo Superior o sin ella.
Lic. Laura Collavini
Directora Fundación Siendo
@lauracollavini