La facturación actual en gas y luz supera los 250,000 pesos mensuales, un gasto insostenible para una guardería que opera bajo la modalidad comunitaria y acoge a niños de familias en situación de vulnerabilidad. El espacio tiene un rol fundamental para padres trabajadores que no cuentan con alternativas de cuidado para sus hijos.
El jardín, sin embargo, enfrenta otro obstáculo: la guardería figura en los registros como una entidad comercial, lo que aumenta los costos de sus servicios. Candia expresó que están trabajando en inscribirse como ONG para acceder a tarifas más bajas y beneficios, aunque el proceso requiere tiempo y apoyo institucional. Han solicitado ayuda a organizaciones locales y al municipio, que hasta el momento no ha aportado fondos específicos para cubrir estos costos.
Este jardín comunitario atiende a niños de entre tres meses y cuatro años, brindando desayuno y almuerzo. Aunque reciben alimentos no perecederos y algunas verduras de Provincia, el suministro no alcanza para cubrir las necesidades diarias, especialmente en productos como pan, harina y otros básicos para el desayuno de los niños.
La fundadora del espacio, consciente de la urgencia, ha proporcionado el alias de Mercado Pago guarde.punen.piuque para que quienes deseen colaborar puedan realizar donaciones. Con cada aporte, esperan reunir los fondos necesarios para ponerse al día con los pagos y asegurar la continuidad del jardín.
Este centro comunitario es esencial para las familias del barrio, ya que ofrece un lugar seguro para los niños mientras sus padres trabajan. Candia, con 30 años de dedicación al proyecto, destaca la importancia de mantener abierto este espacio que no solo brinda cuidado, sino también cariño y apoyo a los más pequeños en un contexto de vulnerabilidad.