
La provincia del Neuquén encara un operativo de emergencia para restablecer el sistema de riego de Picún Leufú, luego de que un desperfecto eléctrico en el transformador principal impidiera el funcionamiento simultáneo de las dos bombas encargadas de elevar agua del río Limay.
El subsecretario de Producción, Marcelo Zúñiga, explicó que los técnicos de Lepen ya trabajan en la instalación de un transformador reparado y que el servicio quedará plenamente operativo en los próximos días. “El objetivo es evitar pérdidas en la producción y garantizar que los productores cuenten con el recurso en tiempo y forma”, señaló en diálogo con La Super.
Picún Leufú cuenta con 2.500 hectáreas en producción, de las cuales 1.600 se riegan por gravedad directamente desde el río Limay. Sin embargo, otras 975 hectáreas dependen del sistema de bombeo de La Picacita, que utiliza agua del mismo río para suplir la disminución del caudal del arroyo Picún Leufú, cuyo flujo varía estacionalmente.
“La situación no pone en riesgo la temporada porque el punto crítico será entre diciembre y febrero. Estamos en octubre, y el desperfecto se solucionará en breve”, aclaró Zúñiga. “El año pasado el sistema fue completamente reacondicionado tras años de abandono, y eso permitió que los productores trabajaran sin inconvenientes”, agregó.
El funcionario reconoció que la sequía y la falta de nieve invernal agravan el panorama hídrico provincial. “Este año, el arroyo Picún ya comenzó a mermar en octubre, mucho antes de lo habitual. Por eso, debemos mejorar el manejo del agua y la organización del riego”, sostuvo.
En ese sentido, el gobierno impulsa junto al INTA, el municipio de Picún Leufú y el Consorcio de Riego, una agenda conjunta para capacitar a los productores, mejorar los turnos de riego y promover el uso eficiente del recurso. “Hay chacras que tuvieron agua en agosto y no regaron por falta de coordinación. Debemos trabajar en eso”, remarcó Zúñiga.
Entre las obras prioritarias se destaca la construcción de un desarenador, que permitirá optimizar el funcionamiento de las bombas y reducir el desgaste del sistema. También se analiza la posibilidad de instalar un segundo caño impulsor y duplicar la sala de bombeo, según las demandas de los productores.
“Estamos frente a una emergencia coyuntural producto del cambio climático, pero la respuesta debe ser estructural. El Estado, los privados y las comunidades rurales tenemos que actuar juntos para adaptarnos a la nueva realidad hídrica”, subrayó Zúñiga.
La expectativa del sector se centra ahora en la llegada del verano, cuando los cultivos de alfalfa, frutos secos y horticultura demandan mayor caudal. “La reparación nos permite llegar a tiempo para proteger la producción local y sostener el trabajo de las familias rurales”, concluyó el funcionario.