Durante la mañana del jueves, personal policial intervino en un operativo que incluyó móviles patrulleros y canes adiestrados, desplegados en torno a una vivienda donde se sospechaba que podría encontrarse material robado.
Según se informó en el lugar, la acción formó parte de un procedimiento preventivo tras la denuncia por el robo violento de un teléfono celular en la zona.

El elemento secuestrado fue una motocicleta tipo 110cc, reducida a su cuadro y rueda delantera, lo que hace suponer que había sido desarmada recientemente. El hallazgo motivó la intervención de la policía y la posterior presencia de vecinos que observaron la escena con preocupación.

La presencia de la División Canes generó inquietud entre los residentes, quienes interpretaron que podría tratarse de un procedimiento vinculado a drogas.
Sin embargo, desde la fuerza aclararon que se trató de un protocolo habitual: los agentes especializados intervienen en lugares donde existen animales de guardia o perros agresivos, a fin de evitar incidentes durante los allanamientos o inspecciones.

Tras la verificación de la zona, los vehículos policiales se retiraron sin reportarse detenidos ni enfrentamientos.

Durante la cobertura, algunos vecinos intentaron dialogar con el móvil de prensa pero evitaron brindar declaraciones públicas, lo que evidenció el clima de desconfianza y temor en el sector.
El barrio, que en los últimos meses fue escenario de tiroteos y hechos delictivos, mantiene alta sensibilidad ante la presencia policial y la exposición mediática.

El periodista en el lugar relató que algunos residentes se mostraron molestos por las filmaciones, lo que generó un breve intercambio tenso. Finalmente, la situación se normalizó sin mayores incidentes.

Vecinos de la zona de Bosch, Domene y Fava vienen denunciando una creciente inseguridad, con robos, circulación de motocicletas sin identificación y balaceras nocturnas.
El hallazgo de una moto desarmada refuerza la preocupación por la presunta existencia de desarmaderos clandestinos en el oeste de la ciudad, una problemática que las autoridades locales buscan erradicar con patrullajes más frecuentes.

El operativo culminó sin detenidos, pero dejó expuesta la tensión que atraviesan los barrios del oeste neuquino entre la acción policial y la desconfianza vecinal.
Las autoridades reiteraron que continuarán con los controles preventivos en sectores conflictivos, mientras que los residentes piden mayor presencia estatal y respuesta sostenida ante los hechos de inseguridad.