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Muerte en el Heller: revelaciones complican la versión oficial

La investigación sobre la muerte de José Galeano en la puerta del Hospital Horacio Heller, presuntamente tras ser reducido por efectivos policiales, ha tomado un giro dramático. Su hermano, Wildo Galeano, confirmó tras reconocer el cuerpo que este presenta lesiones graves que ponen en duda la versión inicial de un paro cardíaco. La familia decidió […]

La investigación sobre la muerte de José Galeano en la puerta del Hospital Horacio Heller, presuntamente tras ser reducido por efectivos policiales, ha tomado un giro dramático. Su hermano, Wildo Galeano, confirmó tras reconocer el cuerpo que este presenta lesiones graves que ponen en duda la versión inicial de un paro cardíaco. La familia decidió trasladar el cuerpo a Buenos Aires para una autopsia más exhaustiva en búsqueda de la verdad y justicia.

Wildo Galeano, hermano de la víctima, llegó a Neuquén desde Buenos Aires y tras una reunión con el fiscal a cargo, confirmó que la investigación está en curso, pero que no tiene «mucha fe» en su resultado. El familiar pudo observar el cuerpo y reportó una serie de lesiones físicas que sugieren un uso desmedido de la fuerza. Entre ellas, se destacan abrasiones en el rostro, compatibles con haber sido arrastrado, y fuertes contusiones en la zona intercostal. Específicamente, Wildo mencionó golpes y fracturas en las costillas de ambos lados, además de una fractura en la axila. Estas lesiones, aún sin una causa de muerte oficial definida por la autopsia local, refuerzan la hipótesis de que el deceso no fue natural.

La información preliminar manejada por la Fiscalía indica que cuatro efectivos de la Comisaría 21 se encuentran desafectados y bajo investigación, luego de ser señalados como el refuerzo que participó en la reducción final de Galeano. Según se pudo reconstruir, la acción inicial fue llevada a cabo por un policía civil y otro uniformado que ya estaban en el hospital, y quienes solicitaron apoyo. El fiscal ya cuenta con acceso a las cámaras de seguridad del hospital para cotejar el registro fílmico con los testimonios de los involucrados y testigos, incluyendo a los propios policías. También se busca reconstruir el momento previo, rastreando las cámaras desde la casa de José, en calle Casimiro Gómez, hasta su llegada al centro de salud.

Los allegados al fallecido han puesto en contexto la situación: José Galeano era un paciente conocido del Hospital Heller, donde acudía frecuentemente por crisis de pánico y ansiedad, una condición que también había sido tratada cuando residía en Alvear. Su pareja relató que el hombre sufrió un «colapso de ansiedad» momentos antes de salir corriendo hacia el hospital. Esta situación psiquiátrica desata la controversia sobre la proporcionalidad de la fuerza utilizada por los agentes.

Fuentes periodísticas sostienen que las lesiones en la zona del tórax y costillas coinciden con los relatos de testigos que aseguran haber escuchado a Galeano pedir que le quitaran la rodilla de la espalda, ya que no podía respirar. Este tipo de maniobra de reducción, que utiliza el peso corporal del agente, puede ser letal si se abusa de ella en una persona inmovilizada, contrastando el acto profesional de reducir sin lesionar con lo que la justicia debe investigar ahora: un posible exceso que habría causado las heridas mortales. La familia exige que se esclarezca lo ocurrido y se haga justicia si se comprueban responsabilidades.

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