
El mundo continúa en estado de conmoción por el fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido en la madrugada del lunes en Argentina, a los 88 años. La noticia, aunque esperada por su estado de salud y edad avanzada, provocó una oleada de reacciones en todos los rincones del planeta, con una fuerte impronta en Argentina, su país natal, y en Roma, epicentro del último adiós.
Desde el Vaticano, la periodista Virginia Mejía, corresponsal de Noticias Argentinas, detalló que el cuerpo del Sumo Pontífice fue expuesto bajo el Baldaquino de la Basílica de San Pedro, donde cientos de miles de fieles ya iniciaron el peregrinaje para despedirlo. Se espera que la cifra alcance las 450.000 personas para el fin de semana, superando incluso la despedida de Juan Pablo II. En paralelo, el Estado italiano destina 20 millones de euros para la logística del evento, mientras más de 2.000 periodistas de todo el mundo cubren este histórico acontecimiento.
Además de los homenajes, ya se habla del próximo cónclave. Mejía anticipó que no se conocerá al nuevo Papa antes del 15 de mayo, y adelantó que podría haber sorpresas en la elección, tal como sucedió con la inesperada designación de Jorge Mario Bergoglio en 2013. Por otro lado, se confirmó que 170 delegaciones internacionales participarán del funeral, entre ellas el expresidente estadounidense Donald Trump, monarcas europeos y líderes de distintas religiones.
Una despedida sin lujos, como él quería
El funeral será austero, tal como lo había solicitado Francisco, quien desde el inicio de su papado marcó un estilo sobrio y cercano a los más necesitados. «Es como cubrir un Mundial», comparó Mejía desde Roma, en referencia al nivel de cobertura mediática y la magnitud del evento.