La ley que prohíbe el uso de celulares en jardines de infantes y escuelas primarias, y que limita su uso en las secundarias de Neuquén, podría ser promulgada en los próximos 20 días. Mientras tanto, crecen las dudas sobre su aplicación y las consecuencias que podría traer en las aulas.

“Nos ponen en una situación complicada porque la prohibición recaerá en los docentes”, advirtió Marcelo Guagliardo, secretario general de ATEN, quien recordó que el gremio ya había presentado observaciones al proyecto.

Según explicó, la norma podría generar nuevos conflictos en las escuelas si no se acompaña con medidas sociales y educativas.

Guagliardo reconoció que existe un amplio consenso social sobre los efectos negativos del uso excesivo de celulares en niños y adolescentes, pero planteó que la solución debe ser integral: “La familia tiene que involucrarse. Si no recuperamos el rol del hogar, será muy difícil lograr resultados”.

El dirigente también remarcó la necesidad de fortalecer las bibliotecas escolares y actualizar el material didáctico para que los celulares no sean la única herramienta de acceso a la información. “Hoy, muchas bibliotecas están desactualizadas y sin recursos, lo que obliga a docentes y alumnos a usar el teléfono como única fuente”, señaló.

Además, desde ATEN destacaron que la escuela es un “espacio de socialización” y que limitar el uso de los dispositivos podría mejorar los vínculos entre estudiantes y docentes. Sin embargo, insistieron en que no se puede delegar toda la responsabilidad en el sistema educativo: “Este es un problema social que excede a la escuela”.