
A partir de los esfuerzos del gobierno neuquino por reactivar la producción de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito, empresas internacionales manifestaron su interés en adquirir amoníaco y agua pesada. La planta se encuentra paralizada desde 2017.
En este sentido, los nuevos representantes de Marubeni Argentina SA (grupo empresario japonés, trader de commodities industriales, uno de los más grandes del mundo) visitaron la PlAP y expresaron su interés comercial en la compra futura de amoníaco.
Al respecto, reiteraron la Carta de Intención de compra de la totalidad del amoníaco que pueda producir la PIAP. La visita contó con la presencia del ministro de Planificación, Innovación y Modernización y presidente de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), Rubén Etcheverry, los directivos de Marubeni, Tashihiro Nagata y Seibun Komesu, y el CEO de la ENSI, Alexander Berwyn.
La PIAP tiene la factibilidad técnica para volver a producir agua pesada, y la de producir amoníaco o urea (con una previa importante inversión), un mercado con demanda creciente de importación en el mundo.
Anteriormente, Candu Energy Inc., del grupo AtkinsRéalis, visitó la PIAP para evaluar un eventual contrato de suministro de agua pesada a largo plazo. Su interés se centra en su nuevo reactor Monark, que requerirá una importante carga de agua pesada. Un contrato con Candu Energy podría facilitar el financiamiento necesario para reactivar la producción. Candu es una de las tres opciones firmes que ENSI y la CNEA han recibido.
La reactivación de la PIAP, cuya conservación fue prorrogada por seis meses, requiere una inversión estimada de 60 millones de dólares para su puesta en marcha durante un plazo de 20 meses.
La obtención de contratos firmes de compra es prioritaria para conseguir financiamiento. El interés por el agua pesada y el amoníaco reflejan las múltiples vías estratégicas que se están explorando y representan pasos significativos en la búsqueda de la reactivación de la planta.