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La natalidad cayó un 40% en Argentina: el efecto de una nueva configuración social en la economía

Durante la última década, la tasa de natalidad en Argentina disminuyó en un 40%, una de las reducciones más marcadas de América Latina en el período 2014- 2024. El dato que surge de registros oficiales refleja un cambio demográfico profundo que empieza a tener consecuencias no sólo en el bajo crecimiento poblacional, sino también en […]

Durante la última década, la tasa de natalidad en Argentina disminuyó en un 40%, una de las reducciones más marcadas de América Latina en el período 2014- 2024. El dato que surge de registros oficiales refleja un cambio demográfico profundo que empieza a tener consecuencias no sólo en el bajo crecimiento poblacional, sino también en la economía de los comercios dedicados a la infancia.

Esta disminución en la natalidad refleja no solo una transformación cultural en los modos de criar y en la forma de conformar una familia, sino también un cambio profundo en las decisiones vinculadas a la planificación familiar, con padres y madres de mayor edad, hogares con menos hijos y un creciente número de adultos que optan por no tener descendencia.

Según el análisis basado en datos del INDEC, los hogares con niños pasaron de representar el 44% en 1991 al 57% en el censo de 2022. A pesar de ese crecimiento, la disminución en la cantidad de nacimientos afectó las ventas de los comercios de productor para bebés como pañaleras, jugueterías, casas de cuna, tiendas de indumentaria para bebé y maternidad.

Los comerciantes identificaron un cambio en los perfiles de sus clientes y en las dinámicas de compra. Observan que la mayoría de los clientes son padres primerizos entre 30 e incluso 40 años. Estos clientes llegan al local con más organización y decisiones previamente pensadas, al buscar artículos que sean duraderos, funcionales y con buena calidad de materiales.

“No hay ventas, yo no sé si se está imponiendo el pañal de tela, porque acá se vende más el pañal triple XL que el talle mediano. Cómo es posible que se venda más un pañal de 9 kilos que es un niño que ya tiene que estar dejando el pañal, que uno para 5 kilos que es cuando más se usa?” explicó Osvaldo Goñi, dueño de una pañalera.

También hay transformaciones en la venta de productos que antes eran habituales. Un ejemplo es el saca leche manual, que solía venderse a diario y ahora se registra una sola venta semanal. Estos dispositivos cuestan alrededor de $100.000 pesos, lo que lleva a una inversión más planificada y menos frecuente por parte de las familias.

“Los padres ya vienen más organizados, más decididos, buscan ciertos modelos por un tema de espacios o que les dure mucho tiempo. Buscan ciertos modelos más completos, otros buscan lo más simple. Buscan en base a que sea más cómodo al lado de la cama, para que sea más fácil levantarme de noche, que les dure hasta los 3 años” explicó la vendedora, Martina García.

Abuelos y tíos también se suman como consumidores activos en este nuevo escenario. En muchos casos, compran elementos para tener en sus propias casas y recibir a los niños de la familia. Esta conducta reafirma el cambio en la estructura familiar y en la forma de crianza, donde varias generaciones participan en el cuidado de las infancias.

A pesar de la baja natalidad, los comerciantes aseguran que las ventas se mantienen estables gracias a esta nueva configuración de consumo. Menos nacimientos, pero compras más planificadas, mayores y con enfoque en la durabilidad.

“Los abuelos son los que más malcrían, también los tíos se sumaron. Buscan regalitos, buscan elementos para tener en su casa, yo quiero tener mi sillita, mi cuna y juguetes. Yo creo que va a seguir estable, por ahí está más controlado pero yo creo que vamos a seguir creciendo como sociedad” concluyó García.

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