
A pocas horas del inicio del cónclave este miércoles para la elección del sucesor del papa Francisco, la Capilla Sixtina fue acondicionada para recibir a los cardenales electores.
También fue acondicionada la «Sala de las Lágrimas«, donde el Papa recién elegido vestirá por primera vez la sotana blanca.
La Capilla Sixtina
Su arquitectura renacentista, diseñada por Baccio Pontelli y decorada por maestros como Botticelli, Perugino y Ghirlandaio, culmina en la obra cumbre de Miguel Ángel: la bóveda (1508-1512) y el Juicio Universal (1536-1541). Esta sinfonía de formas, luz y color fue restaurada, recuperando la intensidad original de los pigmentos.
Detrás de la experiencia “espiritual” hay un esfuerzo técnico y humano excepcional. La Dirección de Infraestructuras y Servicios de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano coordinó los complejos preparativos que permiten que el Cónclave se desarrolle en condiciones óptimas, con sobriedad y funcionalidad.
Según explicó al portal del Estado de la Ciudad del Vaticano Vatican State el ingeniero Silvio Screpanti, subdirector del Área de Infraestructuras, el acondicionamiento de la Capilla y la preparación de los alojamientos para los más de 130 cardenales electores implicaron la participación de más de 60 trabajadores, entre personal interno y apoyo externo: carpinteros, electricistas, montadores, técnicos de climatización, herreros, floristas y personal de limpieza.
La labor incluye desde la instalación de la icónica chimenea para las fumatas hasta el sellado de los accesos al perímetro del Cónclave, pasando por la adecuación de más de 200 habitaciones en edificios como la Domus Sanctae Marthae y la antigua Casa Marta. La complejidad logística fue mayor este año, dada la elevada participación, lo que ha requerido nuevas disposiciones y ajustes a nivel estructural.
En tan solo una semana, los técnicos desactivaron los sensores instalados para la conservación de los frescos, construyeron un suelo técnico elevado que nivela el pavimento cosmatesco original y montaron las mesas y sillas ceremoniales, todas cuidadosamente revestidas con telas de la Florería vaticana. A la vez, se realizó una revisión completa de los sistemas eléctricos y de climatización, tanto en la Sixtina como en los alojamientos.
Durante el Cónclave, permanecerán dentro del perímetro sellado al menos 12 personas (electricistas, climatizadores y floristas), quienes prestaron juramento de confidencialidad y trabajarán sin contacto exterior.