Valentina falleció el 24 de marzo de 2022, y su certificado de defunción indica que la causa fue una “sepsis generalizada de causa desconocida.” La pequeña había sido atendida en el Centro Pediátrico La Natividad Neuquén, donde los médicos la diagnosticaron y le recetaron laxantes, según denuncia su madre.
Tatiana Baleri describe su lucha como una “tarea titánica” en la que enfrenta el dolor más profundo que puede sentir un ser humano. “Valentina no va a volver, pero queremos que este caso marque un antes y un después en la atención médica,” expresó con la voz entrecortada. La madre también enfatiza que “los médicos que van a juicio siguen atendiendo en el mismo lugar”, lo que pone en evidencia la falta de responsabilidad en el sistema de salud.
En la primera semana del juicio, se escucharon testimonios de médicos y peritos, aunque, según Tatiana, la mayoría de ellos son “parte de la misma empresa” y se han limitado a justificarse en lugar de ofrecer una defensa convincente. Esto ha generado un clima de desconfianza hacia el proceso judicial.
Los alegatos finales se llevarán a cabo hoy, y tras ello, se espera que la justicia decida sobre la culpabilidad de los acusados en un plazo de 48 horas. Tatiana espera que los jueces puedan “humanizarse” y entender la gravedad del caso, aunque confiesa que prefiere no tener expectativas para evitar un mayor sufrimiento.
Las posibles consecuencias para los médicos implicados en el caso podrían incluir la suspensión de su matrícula profesional, con penas de entre 3 y 5 años de cárcel en caso de ser hallados culpables. Esta medida no solo tendría un impacto a nivel provincial, sino también nacional, enviando un mensaje claro sobre la responsabilidad médica.
Tatiana Baleri también está utilizando redes sociales para mantener informada a la comunidad sobre el proceso judicial. Anunció que publicará detalles sobre los alegatos y otras novedades relevantes, asegurando que los ciudadanos puedan seguir de cerca el desenlace del juicio.
A medida que el juicio llega a su fin, la familia de Valentina continúa enfrentando un profundo duelo, pero también una esperanza renovada de que la justicia finalmente prevalezca. Tatiana concluye con un mensaje claro: “Estamos luchando por la memoria de Valentina y por un cambio real en la atención médica.”