Aviones de guerra israelíes llevaron a cabo este viernes ataques aéreos en los suburbios del sur de Beirut, apuntando específicamente a la sede central de Hezbollah en el barrio de Dahiya. Los bombardeos causaron fuertes explosiones que resonaron en la capital libanesa, generando preocupación entre la población local.
El vocero del Ejército israelí, Daniel Hagari, describió la operación como un “ataque de precisión” y denunció que la sede de Hezbollah estaba construida bajo edificios residenciales, lo que evidencia el uso de civiles como “escudos humanos” por parte de la organización.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han declarado que la ofensiva fue parte de una estrategia más amplia para desmantelar las capacidades operativas de Hezbollah, considerado por Israel como un grupo terrorista. Las FDI también están investigando si el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, se encontraba en el lugar durante el ataque.
A pesar de las tensiones, una fuente cercana a Hezbollah aseguró a la agencia de noticias AFP que Nasrallah “está bien”, lo que sugiere que no se encontraba en la sede durante el momento del bombardeo. Sin embargo, esta información no ha sido confirmada de manera oficial.
El ataque se produce en un contexto de creciente hostilidad entre Israel y Hezbollah, un grupo chiita que ha estado involucrado en múltiples confrontaciones con el Estado israelí. El gobierno israelí ha intensificado sus operaciones militares en respuesta a lo que considera amenazas inminentes de Hezbollah.
En su comunicado, las FDI indicaron que no hay cambios en las directrices del Comando del Frente Interior, pero prometieron mantener a la población informada sobre cualquier nueva actualización en sus plataformas oficiales. Esta postura refleja la preocupación del gobierno israelí por la seguridad de sus ciudadanos ante posibles represalias.
La población de Beirut ha reaccionado con alarma ante los ataques, reviviendo recuerdos de conflictos anteriores entre Israel y Hezbollah. Las tensiones regionales siguen siendo altas, y muchos temen que este ataque pueda desencadenar una escalada en la violencia en la región.
El ataque israelí a la sede de Hezbollah en Beirut marca un punto álgido en la ya tensa relación entre ambas partes, poniendo de relieve las complejidades del conflicto y sus repercusiones en la población civil. Las acciones de ambos lados continúan alimentando un ciclo de violencia que preocupa a la comunidad internacional.