
Una situación que expone falencias en la atención de salud mental generó conmoción en barrio Cumelén, Neuquén. Mabel, una mujer con un severo síndrome de acumulación compulsiva, fue dada de alta del hospital y enviada a su hogar sin aviso previo de que su vivienda había sido limpiada por el municipio y que 20 de sus animales ya no estaban.
El operativo municipal, realizado horas antes, retiró una gran cantidad de basura, excrementos y animales que vivían hacinados, sin acceso al patio y en condiciones insalubres. Sin embargo, la decisión de devolver a la paciente a ese escenario sin acompañamiento profesional provocó un fuerte impacto emocional en Mabel, quien considera a sus animales como miembros de su familia y a sus pertenencias —incluso las que para otros serían basura— como bienes valiosos.
Vecinos y personas cercanas a la mujer denunciaron que el procedimiento fue una “trampa”, y que el golpe emocional podría haberse evitado si se aplicaban protocolos adecuados de comunicación y contención. Desde el 100 confirmaron que, a las 23 horas, enviaron una ambulancia para asistirla y trasladarla nuevamente, reconociendo la desinteligencia del manejo inicial.
Autoridades municipales, como Luciana Giovanetti, señalaron que a primera vista los animales estaban en buen estado y serían evaluados, aunque admitieron que algunos gatos no pudieron ser capturados. Pese a la intervención sanitaria, la realidad para Mabel sigue siendo dolorosa e incomprensible.
El caso vuelve a poner en debate la aplicación de la Ley de Salud Mental, la falta de recursos para un acompañamiento sostenido y la necesidad de abordar estas problemáticas con equipos interdisciplinarios que protejan tanto la salud de la persona como la seguridad y el bienestar animal.