Desde las primeras horas de este miércoles, 30 operarios municipales trabajan de forma manual en un arduo operativo de limpieza de los cañadones ubicados junto a la Ruta 7, entre el ingreso al barrio Jaime de Nevares y el Cañadón de las Cabras.

La tarea no puede ser asistida por maquinaria pesada debido a la dificultad del terreno, lo que obligó a ejecutar toda la recolección sin camiones ni palas cargadoras. Lo que más sorprendió al personal fue la enorme cantidad de residuos orgánicos detectados, muchos de ellos arrojados por vecinos que transportan basura en carretillas, a pesar de que la ciudad cuenta con recolección domiciliaria seis veces por semana, centros gratuitos para voluminosos y el programa Puerta a Puerta.

“No se entiende”, expresó con frustración el subsecretario de Limpieza Urbana, Cristian Haspert, al constatar el estado del lugar. “No hay excusa para que suceda esto en la ciudad de Neuquén”, sostuvo.

Haspert advirtió que la basura acumulada genera riesgos para la salud de los vecinos y también para los automovilistas, ya que los vientos pueden provocar voladuras de plásticos y cartones hacia la traza vial.

También indicó que el equipo municipal intervendrá próximamente en la calle 1, donde se detectó un canasto comunitario colapsado y restos de poda desparramados en varias arterias. Remarcó que los residuos recolectados son trasladados al Centro Ambiental para su disposición adecuada.

“El trabajo de la comisión vecinal es enorme, pero algunos vecinos simplemente no quieren vivir en un barrio limpio”, lamentó Haspert, quien pidió mayor compromiso ciudadano.