
Dos detenidos se fugaron este domingo del calabozo de la Comisaría Cuarta de Cipolletti, en pleno microcentro, y activaron un operativo cerrojo en toda el área metropolitana del Alto Valle. La evasión ocurrió entre las 12:15 y las 12:20, cuando un cuartelero escuchó un golpe en el patio interno y, al contar, faltaban dos de los nueve internos. La Policía montó controles en accesos, puentes carreteros y rutas cercanas.
Los prófugos fueron identificados como Marcos Edgardo Figueroa (32/35 años) y José Miguel Ríos Zapata (21), ambos con antecedentes por robos. Según el reporte oficial, ya se habían fugado en octubre de 2024 de la Subcomisaría 79° del barrio 1.200 Viviendas, junto a otros internos. La reincidencia encendió cuestionamientos sobre custodia y condiciones de detención en dependencias céntricas.
Las primeras imágenes de cámaras urbanas registraron a dos hombres corriendo por la intersección de España e Yrigoyen, minutos después del escape. Aunque las características coincidían, no hubo detenciones y el rastrillaje continuó con apoyo de unidades de ciudades vecinas. El cerrojo se extendió a todo el Alto Valle neuquino-rionegrino.
La Policía difundió descripciones de la vestimenta para facilitar la colaboración ciudadana: uno con buzo blanco y short negro, el otro con buzo negro y pantalón blanco con franjas. Las autoridades pidieron evitar intervenciones temerarias y canalizar cualquier dato al 911 o dependencias cercanas, en paralelo con la verificación de domicilios y entornos de los evadidos.
El episodio reavivó críticas políticas y sociales por la reiteración de fugas en la misma jurisdicción, en un horario de alta circulación y con eventos deportivos que tensionaron la disponibilidad de personal. La capacidad de prevención y la inteligencia carcelaria quedaron bajo la lupa, mientras el Ejecutivo provincial y el Ministerio de Seguridad reciben pedidos de auditoría sobre protocolos.
Figueroa y Ríos Zapata arrastran prontuarios por delitos contra la propiedad, con causas por tentativa de robo en flagrancia y tentativa de robo en poblado y en banda. En la fuga de 2024, un cuarto evadido se entregó a las pocas horas, pero el resto permaneció prófugo por meses, exponiendo fallas estructurales. Hoy, las unidades de investigación cruzan huellas y recorridos para reconstruir la ruta de escape.
La comisaría céntrica volvió a quedar en el centro del debate sobre seguridad urbana: sindicatos policiales y referentes judiciales reclaman inversiones en infraestructura, cerramientos y tecnología de monitoreo. Organizaciones vecinales exigen una revisión integral del alojamiento transitorio de detenidos en dependencias con alto flujo peatonal y comercial.
Hasta el cierre de esta edición no había recapturas confirmadas, y el dispositivo seguía activo en puentes y corredores interprovinciales. La colaboración interagencial con fuerzas de Neuquén y la circulación del alerta de búsqueda buscan acotar el margen de movimiento de los evadidos en las próximas horas.