El empresario Fred Machado, involucrado en investigaciones por lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico, rompió el silencio esta mañana en una entrevista con Rolando Graña en Splendid AM 990, donde hizo fuertes declaraciones sobre política, poder y sus relaciones con figuras conocidas del ámbito público.

Consultado por sus contactos en el mundo empresarial, Machado sorprendió al confirmar que conoció a Jorge Brito, actual presidente de River Plate e integrante de una de las familias más influyentes del sector financiero argentino.

“No sé qué es el círculo rojo. No me llamaba la señora Frávega para comprar aviones, lo hacía el piloto. A Jorge Brito lo conocí, es un buen tipo”, afirmó el empresario, dejando entrever que tuvo relación directa con el dirigente millonario.

La frase resonó en medio de un extenso reportaje en el que Machado también habló de su vínculo con el diputado José Luis Espert, sobre quien dijo: “Jugamos al golf con Espert y Nazareno, y estaba creo este tipo Córdoba de Infobae”. Además, recordó: “El avión de la foto con Espert es de cuando él quería ir a Viedma a presentar su libro”.

El empresario negó haber invertido en la empresa de arenas de Neuquén y volvió a marcar distancia de los escándalos judiciales que lo rodean: “No invertí plata en la empresa de arenas. Cicarelli es un pibe de pueblo, bastante básico, un día vende cebollas, al otro día vende autos. Un día la pegó e hizo un contrato con uno de estos jeques de Dubai en Neuquén, que se reparten el botín en la provincia”.

También intentó despegarse de la camioneta que, según él, usó Espert: “La camioneta nunca estuvo a nombre mío, estaba a nombre de mi primo. Le dije a Espert que estaba al pedo en un hangar y le dije: usala. La usó para ir a un canal y ahí le tiraron dos piedrazos. No fueron disparos, para mí fueron piedras”.

En el tramo más personal, Machado reconoció su miedo a ser extraditado, aunque dijo no tener intención de fugarse:

“Sí, tengo miedo de ser extraditado, pero prefiero morir en mi país. Preso no sirvo, muerto tampoco sirvo. Llegué a Argentina con 12 dólares”.

Y cerró con una frase que sonó a despedida:

“Si yo me muero mañana, tengo el césped muy lindo, no manden máquinas buscando nada. Recen por mí”.