
El sistema de salud pública en Río Negro atraviesa una crisis marcada por bajos salarios, precariedad laboral y falta de profesionales. Según denunció Santiago Cayupan, referente de Asociación Sindical de Profesionales Universitarios de Río Negro (ASSPUR), los salarios del sector están entre 500.000 y 600.000 pesos por debajo de lo que deberían percibir, lo que ha provocado un éxodo de médicos y especialistas.
«Nosotros veníamos con un salario congelado desde octubre, y en la última negociación solo se acordó un 1,5% de aumento y un bono de 80.000 pesos. La mayoría de los trabajadores está cerca o por debajo de la línea de pobreza», explicó Cayupan. En este contexto, exigen que el sueldo de un ingresante sea de 1.600.000 pesos en adelante.
Además del conflicto salarial, el deterioro de las condiciones laborales es otro de los problemas centrales. «Muchos médicos no pueden realizar estudios de laboratorio porque no hay reactivos. En Cipolletti, por ejemplo, el tomógrafo lleva un año fuera de servicio y el resonador está averiado, lo que obliga a derivar los estudios al sistema privado», detalló el referente gremial.
El déficit de profesionales es crítico en varias localidades. En Cipolletti, solo quedan dos cirujanos, tres ginecólogos y tres neonatólogos, mientras que en General Roca hay una falta grave de ginecólogos y neonatólogos.
«Los médicos que quedan prácticamente viven en el hospital, tienen guardias cada dos días y están estresados. Hay días en los que no hay cirujanos ni ginecólogos, y los pacientes deben ser derivados a otros centros de salud», advirtió Cayupan.
La situación es aún más grave en hospitales de localidades más pequeñas. En El Bolsón, donde no hay clínicas privadas, el hospital público es la única opción. Sin embargo, se analiza cerrar la terapia intensiva por falta de personal. Lo mismo ocurre en Allen, donde está en riesgo la continuidad del servicio de terapia intensiva.
Frente a esta crisis, los trabajadores realizaron una jornada de lucha provincial con marchas y asambleas en distintos hospitales para exigir una reunión con el gobierno y una oferta salarial razonable. «Si no hay respuesta, la semana próxima habrá nuevas medidas de fuerza. El ministro de Salud nos escucha, anota, pero no da soluciones, y así es imposible avanzar», concluyó Cayupan.