
El Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) anunció la incorporación de nuevas bombas en el sistema del río Limay, con el objetivo de mejorar la provisión de agua potable a los vecinos de Neuquén capital. Según explicaron, se trata de una inversión estratégica destinada a garantizar el suministro durante los meses de mayor demanda.
Esteban Rodríguez, gerente de EPAS, informó que la obra se concentró en el sistema Río Grande, el más antiguo de la ciudad, que abastece a la zona este y al área centro. Este circuito tiene una capacidad de atención para más de 100.000 habitantes, y con las nuevas incorporaciones se estima que podrá llegar a responder a una población de hasta 160.000 personas.
Para reforzar la infraestructura, el organismo instaló tres nuevos equipos de bombeo que incrementan un 50% la capacidad de producción. Aunque actualmente no resulta necesario ponerlos a todos en marcha, la idea es que estén disponibles para los meses de verano, cuando aumenta considerablemente la demanda de agua en la capital neuquina.
La inversión alcanzó 250 millones de pesos para la adquisición de los tres equipos, a los que se sumaron además dos bombas adicionales. Estas últimas tienen la función de captar agua directamente del río Limay en caso de registrarse bajantes de caudal, lo que brinda un respaldo clave frente a posibles situaciones de sequía.
El impacto de estas mejoras alcanzará a unas 30.000 familias de la ciudad, especialmente en el sector este, donde el servicio requiere reforzarse en los meses de mayor consumo. Rodríguez aclaró que en esa zona también funciona un doble sistema de abastecimiento, por lo que esta obra se convierte en un complemento esencial.
El gerente de EPAS aseguró que los resultados de la obra serán inmediatos, aunque aclaró que la real dimensión del funcionamiento se verá en pleno verano. Para esos meses, en los que el consumo de agua se dispara, será necesario que los dos sistemas —el del Limay y el de Mari Menuco— trabajen en paralelo para sostener la demanda.
Rodríguez también se refirió a la preocupación por la escasez de nieve registrada este invierno en la cordillera. Señaló que, aunque se espera un verano seco, la provisión de caudales desde el río Limay está garantizada, ya que en temporadas anteriores de bajantes tampoco se registraron inconvenientes en el suministro.
Finalmente, el funcionario destacó que la nueva infraestructura permite realizar el mantenimiento de equipos más antiguos sin afectar el servicio. De esta manera, se asegura una mejora en la calidad del abastecimiento y un refuerzo clave para enfrentar el incremento en la demanda durante las olas de calor.