
La apuesta por la electrificación y automatización de Vaca Muerta se consolida como una herramienta estratégica clave para acelerar las exportaciones argentinas de hidrocarburos. Especialistas y empresas del sector coinciden en que, más allá del crecimiento de la producción, la modernización energética es el catalizador necesario para sostener un crecimiento eficiente y con menor huella ambiental.
Durante los primeros cuatro meses de 2025, las exportaciones de petróleo desde Vaca Muerta aumentaron un 42 %, con un promedio de 192.000 barriles por día, generando ingresos superiores a 2.100 millones de dólares pese a precios internacionales a la baja. Este crecimiento subraya la urgencia de maximizar la capacidad operativa y productiva mediante infraestructura energética sólida.
Empresas líderes del sector definieron en forma unánime la electrificación como columna vertebral de la transición energética en la cuenca. Según ABB, incorporar soluciones de media tensión digital, monitoreo remoto y mantenimiento predictivo permite mejorar la eficiencia, reducir costos y fortalecer la seguridad operativa en condiciones extremas.
Un proyecto emblemático es el de Aguada Pichana, donde se construye una nueva línea eléctrica para abastecer 50 MW de consumo a través de red interconectada, evitando el uso de gasoil. Este cambio implicará una reducción de emisiones significativa y una mejora del rendimiento energético del 15 % al 60 %, según sus gestores.
La electrificación de equipos de perforación y compresión contribuye directamente a mejorar la competitividad de Vaca Muerta frente a mercados internacionales. Además, contar con una matriz más limpia facilita el acceso a financiamiento global en mejores condiciones, ya que los inversores premian a las empresas con menor huella de carbono.
En paralelo, el financiamiento de 2.000 millones de dólares aprobado para el oleoducto Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS) representa otro impulso esencial. Esta infraestructura, sumada a la electrificación, permitirá transportar inicialmente 180.000 bpd y escalar hasta 550.000–700.000 bpd, eliminando cuellos de botella y ampliando drásticamente la capacidad exportadora.
A su vez, la instalación de la planta flotante de GNL “Hilli Episeyo” en Río Negro, con operaciones previstas para 2027 bajo el proyecto Argentina LNG, busca transformar a Argentina en proveedor global de gas natural licuado. La iniciativa involucra una inversión superior a 2.900 millones de dólares e incrementará sustancialmente las exportaciones energéticas.
En conjunto, estos avances marcan la base de una transformación energética ambiciosa: Vaca Muerta no solo produce abundantes recursos, sino que se estructura como un complejo integrado de tecnología avanzada, eficiencia operacional y exportaciones con valor agregado. La electrificación es, sin dudas, un pilar para convertir potencial en realidad sostenible.