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El MPN cumple 64 años en su peor crisis histórica

El Movimiento Popular Neuquino (MPN) conmemora hoy su 64º aniversario en medio de una profunda crisis política e institucional que pone en jaque su continuidad como fuerza relevante en la provincia. Fundado el 4 de junio de 1961, el partido que gobernó Neuquén durante más de seis décadas enfrenta su momento más crítico tras la […]

El Movimiento Popular Neuquino (MPN) conmemora hoy su 64º aniversario en medio de una profunda crisis política e institucional que pone en jaque su continuidad como fuerza relevante en la provincia. Fundado el 4 de junio de 1961, el partido que gobernó Neuquén durante más de seis décadas enfrenta su momento más crítico tras la histórica derrota electoral de 2023 y la posterior pérdida de liderazgo y cohesión interna.

La celebración de este nuevo aniversario se ve opacada por la ausencia de liderazgo y la falta de una estrategia clara de cara a las elecciones legislativas nacionales del próximo 26 de octubre. La jueza federal Carolina Pandolfi otorgó al MPN un plazo para presentar un reglamento electoral que garantice transparencia y participación de minorías, requisito indispensable tras la eliminación de las PASO. Sin embargo, hasta el momento, el partido no ha dado señales de cumplir con esta exigencia.

La dirigencia del MPN, encabezada por el exgobernador Omar Gutiérrez y el expresidente del partido Jorge Sapag, ha mantenido un silencio que ha generado malestar entre la militancia. Este vacío de conducción ha llevado a que sectores internos se alineen con el gobernador Rolando Figueroa, quien, tras escindirse del MPN, conformó una nueva fuerza política que logró imponerse en las elecciones de 2023.

 

En este contexto, veinte seccionales del MPN firmaron una declaración en la que expresan su apoyo a los candidatos que designe Figueroa para las próximas elecciones legislativas. Este respaldo marca un nuevo reacomodamiento en el escenario político provincial y evidencia la falta de una estrategia propia del MPN para enfrentar los comicios.

La falta de definición y el alineamiento con Figueroa han generado movilizaciones de militantes autoconvocados que exigen claridad sobre el futuro del partido. Agrupaciones internas como el Movimiento de Acción Política (MAPO) han manifestado su preocupación por la falta de comunicación y liderazgo, señalando que los silencios de la dirigencia indican desinterés e indiferencia por la organización que representan.

El diputado nacional por el MPN, Osvaldo Llancafilo, confirmó que el partido no competirá en las próximas elecciones nacionales, argumentando que las expectativas dentro del partido son muy bajas y que ya no existen condiciones para sostener una estrategia colectiva. Esta decisión refuerza la tendencia de repliegue del MPN del escenario político como fuerza orgánica.

A pesar de la crisis, algunos analistas consideran que el MPN aún podría resurgir como un factor de equilibrio en el mapa político neuquino. El partido mantiene un reconocimiento por su historia y una identidad arraigada en la provincia, y podría capitalizar el descontento con la gestión actual para presentarse como una alternativa viable frente a la fragmentación del oficialismo.

Sin embargo, la falta de liderazgo, la ausencia de una estrategia clara y la pérdida de cohesión interna plantean un panorama incierto para el futuro del MPN. En su 64º aniversario, el partido se enfrenta al desafío de redefinir su identidad y estrategia en un escenario político cambiante, donde su supervivencia como fuerza relevante dependerá de su capacidad para adaptarse y reconstruirse.

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