
En una decisión de fuerte impacto regional, el Gobierno nacional resolvió suspender por 90 días la eliminación de la barrera sanitaria que impide el ingreso de carne con hueso a la Patagonia. La medida, confirmada este martes por fuentes oficiales, busca descomprimir el conflicto generado en el sur del país tras el anuncio de la Resolución 115/2024, que habilitaba el tránsito de esos productos al sur del río Colorado.
La marcha atrás fue confirmada tras una conversación entre el gobernador neuquino Rolando Figueroa y el ministro de Economía, Luis Caputo, quien garantizó la postergación temporal y la apertura de una mesa de trabajo para abordar el tema. La decisión fue celebrada por los gobiernos patagónicos, que habían advertido sobre el impacto económico y sanitario que tendría la llegada de carne con hueso desde zonas sin el mismo estatus sanitario.
Desde el Ejecutivo nacional aclararon que la suspensión del levantamiento de la barrera sanitaria es por un plazo de 90 días, durante el cual se analizarán las demandas de las provincias de la Patagonia y se revisará el alcance de la normativa impulsada por la Secretaría de Bioeconomía. El diálogo incluirá a representantes del sector ganadero, frigoríficos y autoridades sanitarias regionales.
El gobernador Rolando Figueroa sostuvo que “es un primer paso para defender el estatus sanitario diferencial de la Patagonia, libre de aftosa sin vacunación”. Desde su entorno destacaron la predisposición de Caputo para escuchar el reclamo y la decisión de frenar una resolución que había generado rechazo unánime en la región.
El ministro Caputo, por su parte, justificó la decisión señalando que “la prioridad es encontrar un equilibrio entre la apertura de mercados y la preservación de los estándares sanitarios regionales”. En esa línea, indicó que se convocará a todos los actores involucrados para “evitar medidas unilaterales que puedan afectar economías locales”.
La suspensión representa un alivio para los productores ganaderos patagónicos, quienes habían advertido sobre el riesgo de perder mercados internacionales si se habilitaba el ingreso de carne con hueso desde zonas donde aún se vacuna contra la fiebre aftosa. También fue vista como un respaldo a los sistemas productivos locales, que dependen del diferencial sanitario para sostener precios y exportaciones.
La resistencia al levantamiento de la barrera sanitaria había unido a gobernadores, intendentes, legisladores y productores de toda la Patagonia, quienes incluso habían evaluado medidas de fuerza si el Gobierno no reconsideraba la medida. Las provincias del sur argumentaron que el estatus sanitario es una ventaja competitiva clave y que su pérdida tendría consecuencias económicas irreversibles.
En los próximos tres meses, el Ejecutivo nacional deberá definir si avanza con la derogación definitiva de la Resolución 115/2024 o si mantiene la actual barrera sanitaria, en línea con lo que reclaman los gobiernos patagónicos. La negociación abierta será clave para determinar el futuro de una región que defiende su diferencial sanitario como una cuestión estratégica.