
A un año y dos meses del incendio que destruyó gran parte de un galpón ubicado en calle Bahía Blanca, en el barrio Belgrano de Neuquén capital, la estructura continúa en completo abandono. El edificio, lindante a la escuela 207, presenta un avanzado estado de deterioro, con sectores a punto de colapsar, y se ha transformado en un foco de conflicto y peligro para la comunidad.
Pese a los compromisos asumidos por la firma propietaria —vinculada al Banco Galicia y otras dos empresas— ante la fiscalía, nunca se completó el cerco perimetral ni se designó seguridad privada para el resguardo del predio. El lugar, sin vigilancia ni control, es habitado de forma intermitente por personas en situación de calle, muchas con problemas de adicción. También se registraron indicios de consumo de sustancias dentro del galpón, lo que suma un riesgo adicional al de la posible caída de muros y techos.
La situación generó la reacción de los vecinos de la zona, que, sin recibir respuestas oficiales, asumen tareas de limpieza, vigilancia e incluso bloquean accesos para evitar nuevas ocupaciones. La comisión vecinal ha denunciado en reiteradas ocasiones la inacción de las autoridades y exige que la empresa responsable cumpla con la demolición de las estructuras inestables.
Mientras tanto, la escuela 207 no puede retomar clases en su edificio original por el peligro que representa el muro colindante al galpón, que quedó severamente dañado tras el incendio. A pesar de que el Consejo Escolar construyó un muro interno como medida de contención, las condiciones no permiten habilitar el espacio para estudiantes y docentes.
Vecinos afirman que, aunque se han enviado notas y se han hecho reclamos, ningún representante legal de la empresa propietaria del galpón se ha presentado para avanzar con las obras comprometidas, y las intervenciones por parte del municipio son insuficientes. Incluso la Policía reconoció que no puede operar con frecuencia dentro del lugar por el riesgo de derrumbe.
La situación llegó a un nuevo punto crítico en las últimas horas, cuando nuevamente se detectó humo saliendo del interior del galpón y la presencia de al menos cuatro personas durmiendo entre los escombros. Uno de los vecinos relató que encontró pertenencias, colchones, pipas y jeringas, y que permanece en el predio para evitar saqueos de herramientas.