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El Boca de Riquelme y una crisis que no parece tener final cercano

El reciente empate entre Boca y Racing por 1-1 en la Bombonera se convirtió en el duodécimo partido sin triunfos por parte del club de la Ribera, que atraviesa la peor racha de su historia y ya fue eliminado de tres competencias en lo que va del año. El “Xeneize” no levanta cabeza y acumula años de mediocridad, sin haber participado […]

El reciente empate entre Boca y Racing por 1-1 en la Bombonera se convirtió en el duodécimo partido sin triunfos por parte del club de la Ribera, que atraviesa la peor racha de su historia y ya fue eliminado de tres competencias en lo que va del año.

El “Xeneize” no levanta cabeza y acumula años de mediocridad, sin haber participado de la fase de grupos de la Copa Libertadores en las últimas dos temporadas y en riesgo de tampoco clasificar a la próxima edición.

Además, Boca jugó solo una final de Libertadores en los últimos seis años, desde la llegada de Juan Román Riquelme a la dirigencia del “Xeneize”, y no levanta un título desde 2023.

La crisis en Boca Juniors se acentúa cada vez más, con el correr de los días y las fechas, en un club que está a la deriva desde lo dirigencial, algo que se traduce a los resultados deportivos.

Actualmente, Boca se encuentra naufragando por una seguidilla de 12 partidos sin conseguir victorias, la peor en toda la historia del club. La misma comenzó el 27 de abril de este año, cuando el “Xeneize” enfrentó a River como visitante, en la última edición del Superclásico del fútbol argentino.

“Estoy cansado de que las ‘gallinas’ sigan festejando”, había declarado Riquelme en un acto de campaña previo a su victoria como vicepresidente en las elecciones de 2019, en las que acompañó a Jorge Ameal y Mario Pergolini en la fórmula, aunque en esa tarde del Monumental, Román volvió a ver a River celebrando, ya que el equipo de Marcelo Gallardo se impuso por 2-1.

Enojado por el planteo de Boca en una derrota que lo dejó expuesto, Riquelme decidió rescindir el contrato del entrenador Fernando Gago al día siguiente, con una relación que ya estaba desgastada por la eliminación en la Copa Libertadores, y dejó como entrenador interino a Mariano Herrón, quien estaba a cargo de la reserva e hizo lo que pudo: tras empatar por 1-1 con Tigre en la última fecha de la fase regular del Torneo Apertura, el “Xeneize” igualó con Lanús y lo venció por penales en octavos de final, aunque cayó por 1-0 con Independiente.

Ya con Miguel Ángel Russo al mando del primer equipo, DT que renunció en San Lorenzo y llegó a Casa Amarilla por decisión del presidente, los resultados no mejoraron: dos empates y una derrota lo dejaron afuera del Mundial de Clubes, mientras que en el Torneo Clausura tuvo tres empates y una caída y fue eliminado de la Copa Argentina en 32avos de final, tras perder con Atlético Tucumán por 2-1.

Pero una racha de resultados adversos no es la única complicación que afronta el “Xeneize” en los últimos años. Siendo la Copa Libertadores un certamen que le marca el calendario a los hinchas de Boca, el equipo “Azul y Oro” acumula tropezón tras tropezón en el certamen continental.

Desde la llegada de Riquelme al poder, el club del barrio de La Boca peleó solamente dos de las seis ediciones de Libertadores que se disputaron. Mientras que en la primera fue semifinalista, en 2020, con una eliminación bochornosa por 3-0 como visitante ante Santos de Brasil, y en 2023 fue subcampeón de Fluminense, en un certamen que fue un oasis en un año desértico para el club, Boca no estuvo a la altura en las copas restantes.

Mientras que en 2021 el “Xeneize” cayó en octavos de final con Atlético Mineiro, perdiendo por 3-1 en los penales tras no convertir un gol en 180 minutos reglamentarios, al año siguiente volvió a perder en la primera instancia eliminatoria, habiendo sido el peor primero de la fase de grupos y siendo eliminado por penales, nuevamente, en manos del Corinthians de Brasil.

Con la mencionada medalla plateada de 2023, no hace falta repasar los resultados de Boca en las dos ediciones siguientes, ya que no las disputó. En 2024 fue relegado a disputar la Copa Sudamericana, y ni siquiera la pudo ganar, fue eliminado en octavos de final por Cruzeiro, mientras que este año tuvo que disputar la fase previa de la Libertadores, en la que sufrió uno de los mayores papelones de su historia moderna.

La fortuna lo hizo enfrentar a Alianza Lima, con la ventaja de definir la serie como local. Habiendo perdido por 1-0 como visitante, Boca ganó la vuelta por 2-1 y debía definir la clasificación con una tanda de penales. En la misma, el disparo decisivo fue errado por el volante Alan Velasco, quien demostró en más de una ocasión no tener nivel para vestir la camiseta “Azul y Oro”, pero por quién Riquelme desembolsó 10 millones de dólares.

Además, la degradación de Boca en el mencionado certamen internacional es muy notoria. Durante la gestión de Daniel Angelici, la institución acumulaba dos semifinales y un subcampeonato en sus últimas tres participaciones, mientras que con Riquelme Boca fue eliminado en octavos de final en tres de sus últimas cinco disputas, además de los desastres mencionados de 2024 y 2025.

Por último, los escándalos en Boca son, también, institucionales, con situaciones como el “olvido” a la hora de inscribir a los fichajes de cara a los 16avos de final de la Copa Sudamericana 2024. Más recientemente, la polémica involucra a Cristian “Chanchi” Riquelme, a quien se acusó de mantener relaciones con diversas hinchas del club, incluso en las oficinas del mismo, a cambio de viajes y entradas para acompañar a la institución.

Lo claro es que Riquelme sabe que debe hacer cambios si quiere mantenerse en el poder de Boca, y ya empezó a tomar decisiones con este propósito, al despedir a Mauricio Serna y Raúl Cascini del Consejo de Fútbol que él mismo había conformado en 2019, demostrando, una vez más, su personalismo y soberbia a la hora de liderar a un club que, con el pasar de los meses, acumula fracasos y extraña sus épocas de gloria, cada vez más lejanas.

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