A partir del 1 de octubre, los precios de la nafta y el gasoil han experimentado una reducción significativa, según confirmó YPF, la petrolera estatal. Esta baja responde a un ajuste en los costos operativos de la empresa y se enmarca en un contexto de fluctuaciones económicas.
La disminución de precios es del 5% para la nafta y del 4% para el gasoil. Sin embargo, es crucial destacar que esta reducción no se traduce directamente en un menor costo para los consumidores. Un reciente aumento del 3% en los impuestos y la devaluación han impactado en los valores finales en las estaciones de servicio.
Para los consumidores en Neuquén, los nuevos precios por litro de combustible en YPF son los siguientes:
- Nafta Súper: $917 por litro (anteriormente $926)
- Nafta Infinia: $1137 por litro (anteriormente $1148)
- Diesel: $1140 por litro (anteriormente $1163)
- Diesel Infinia: $1373 por litro (anteriormente $1400)
La decisión de YPF de absorber parte de los costos es una estrategia para mitigar el impacto de las condiciones económicas adversas sobre los consumidores. Esto se presenta como un alivio para aquellos que dependen del transporte diario, dado que el costo de los combustibles tiene un efecto directo en el presupuesto familiar.
Aunque la reducción es apreciable, muchos expertos advierten que el contexto económico sigue siendo complicado. La combinación de la devaluación del peso y el aumento de impuestos continúa generando incertidumbre en el sector de los combustibles y en la economía en general.
Desde YPF, se han comprometido a seguir monitoreando el mercado y a ajustar sus precios de manera que reflejen tanto los costos operativos como las condiciones del mercado internacional. La empresa busca equilibrar su rentabilidad con el bienestar de sus clientes, en un escenario donde la volatilidad es constante.
Los consumidores en Neuquén podrán comenzar a notar el cambio en sus gastos mensuales, aunque todavía deben permanecer alertas ante posibles fluctuaciones futuras en los precios. La situación en el mercado energético sigue siendo una de las preocupaciones principales para la población, que espera una estabilización que permita mayor previsibilidad en sus gastos.