
Un nuevo desprendimiento de rocas en el Cerro de la Virgen, en el norte neuquino, generó preocupación entre los vecinos durante el fin de semana. Sin embargo, autoridades locales aclararon que se trató de una maniobra prevista dentro de las obras de estabilización que llevan adelante el Ejército Argentino y Vialidad Provincial en la Ruta 43.
El delegado de la zona del Alto Neuquén, Gustavo Coatz, explicó que desde hace meses se ejecutan trabajos para remover el material remanente que mantiene inestable la ladera, luego del desmoronamiento de agosto de 2023 que obligó a desviar el trazado de la ruta. “Lo que sucedió forma parte de una actividad controlada. La humedad y la nieve aceleraron un desprendimiento que estaba previsto, pero no hubo riesgo para la población porque el sector está cerrado”, precisó.
El operativo incluye maquinarias pesadas que reemplazan el uso de explosivos, con el fin de evitar nuevos daños estructurales en el macizo. Los trabajos se realizan bajo un plan diseñado por especialistas de la Universidad de San Juan, que elaboraron un estudio técnico de la zona y propusieron medidas para garantizar la estabilidad definitiva.
La Ruta 43 permanecerá cerrada al tránsito en el tramo del Cerro de la Virgen mientras continúen las tareas. Coatz detalló que ya se movieron más de 40 mil metros cúbicos de material y que el objetivo es retirar cerca de 90 mil para estabilizar la ladera y permitir la reapertura de la vía.
“Estamos en una obra de 120 días corridos, que debería concluir hacia fines de octubre. Luego habrá que evaluar si es necesario reforzar con nuevas medidas, porque se trata de un terreno complejo”, señaló. El material extraído, además, está siendo utilizado para reforzar la ribera del río Curicó, que había comenzado a erosionar sectores del territorio.
El derrumbe de 2023 permanece en la memoria de los vecinos de Chos Malal, cuando una familia que transitaba por la zona se salvó de milagro. “Es algo que quedó grabado en nuestra cabeza y por eso cada nuevo desprendimiento genera angustia. Pero esta vez hablamos de un proceso controlado, con la presencia del Ejército y Vialidad”, aclaró Coatz.
Las autoridades insistieron en que el sector está cerrado a la circulación de personas y vehículos particulares. Solo acceden los equipos de trabajo y existe vigilancia permanente. Aun así, algunos curiosos se acercan al lugar, lo que representa un riesgo. “Pedimos respetar las restricciones. Es una obra riesgosa y solo el personal especializado debe estar allí”, advirtió el delegado.