José Garrido es repartidor de plataforma. Con su moto de 200cc recorre Cipolletti y Neuquén para ahorrarle a la gente el «trabajo» de salir de la comodidad de su casa para poder comerse una hamburguesa.

Sin embargo, su trabajo quedó en stand by cuando la semana pasada cuatro hombres en una camioneta lo persiguieron en un barrio cipolleño cuando entregaba un pedido. Lo chocaron de atrás hasta desestabilizarlo y cargaron la moto en la caja. Ahora está en la búsqueda urgente de un nuevo vehículo, de menor cilindrada por los costos

«Te cruzas con todo en la calle. Con los autos que te cierran, los nenes, los perros que te persiguen», explicó José en Radio 7. A eso se le suman la cantidad de horas arriba del vehículo atravesando la ciudad. El promedio por pedido una vez retirado del local es de 10 minutos para hacer 4 o 5 kilómetros, muchas veces en horas pico en una ciudad cada vez más congestionada.

Además, durante el traslado hay que tener en cuenta número de pedido, tiempo que queda para el arribo, calle y dirección, más pedidos nuevos que entran. «También pasa que a veces las casa no tienen número, ni luz en la puerta. Llamás y no te atienden. El tiempo de espera se termina y el GPS te manda en calles contra mano o con una diferencia de 20 metros», expuso José.

Las palabras del delivery vienen a colación luego de haber escuchado varios mensajes que llegaron a la radio, quejándose de la actitud de los trabajadores de plataforma como manejo contra mano o que llegan con el pedido.,

Otro de los factores que suma complejidad al trabajo de repartidor es el sueldo. Para poder llegar a un sueldo aceptable, hay que tomar al menos tres turnos de cuatro horas y así alcanzar los $300 mil al mes. Según el trabajador de plataforma, por cada tres kilómetros son $400.

«La inseguridad es lo más trágico que tenemos», dice el entrevistado cuando recuerda el hecho que lo dejó sin moto. También vienen a su memoria la situación de compañeros y compañeras asaltadas a las que les roban recaudación, bicicleta y hasta el pedido.

«La gente está en su derecho a quejarse, pero les pedimos que nos tengan un poquito mas de paciencia», finalizó el repartidor.