
La noche del 1 de junio de 2024, una reunión entre conocidos en Loncopué terminó en una tragedia que aún conmueve a la localidad. Franco Ramírez, de 33 años, murió tras recibir una puñalada directa al corazón. El único acusado, Pedro Sedes, fue imputado por homicidio simple y cumple prisión domiciliaria en Cutral Co, una medida que provocó indignación y temor entre vecinos y familiares, quienes aseguran que el hecho debe investigarse como homicidio agravado por alevosía.
Sebastián Ramírez, hermano de la víctima, sostiene que hay pruebas contundentes que acreditan la premeditación del ataque. Testimonios coincidentes relatan que Sedes esperó el momento oportuno, ocultó un cuchillo de 35 centímetros en la cintura y, sin que Franco pudiera reaccionar, lo giró para asestarle una estocada mortal. El protocolo de autopsia respalda esta versión, indicando que la herida fue limpia, profunda y sin signos de defensa. Para la querella, esto configura un ataque sorpresivo, planificado y sin posibilidad de resistencia.
La familia también apunta a un historial de violencia previo que, aunque conocido por parte de la comunidad, nunca llegó a instancias judiciales. Tras un llamado público de los Ramírez, más de diez personas se presentaron para aportar testimonios de supuestas agresiones, amenazas y ataques con armas blancas protagonizados por el acusado. “No podemos aceptar que un hombre con estos antecedentes espere el juicio en su casa, a pocos metros de familias que saben de lo que es capaz”, señalan.
En Loncopué, un pueblo chico donde las historias corren rápido, la noticia de que Sedes cumple arresto domiciliario generó un clima de inseguridad y descontento social. Las marchas en reclamo de justicia han sumado la voz de vecinos, organizaciones y referentes locales que piden que el acusado sea trasladado a una unidad penitenciaria. La fiscalía tiene plazo hasta el 1 de septiembre para definir si mantiene la actual imputación o eleva la acusación a homicidio agravado, una decisión que podría marcar el rumbo de la causa y el cierre de una herida que, por ahora, sigue abierta en la comunidad.