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Crimen de Julián Dobra: «No fue un robo, fue una masacre» aseguró su padre y pidió justicia

A un mes de la desaparición y posterior hallazgo del cuerpo sin vida de Julián Dobra, joven profesor de educación física de General Roca, su padre, Tomás Dobra, brindó un crudo testimonio en Radio 7, donde denunció graves irregularidades judiciales, apuntó contra la fiscalía y sugirió que su hijo podría haber sido víctima de una […]

A un mes de la desaparición y posterior hallazgo del cuerpo sin vida de Julián Dobra, joven profesor de educación física de General Roca, su padre, Tomás Dobra, brindó un crudo testimonio en Radio 7, donde denunció graves irregularidades judiciales, apuntó contra la fiscalía y sugirió que su hijo podría haber sido víctima de una red criminal.

Esto no fue un robo. Fue una ejecución. Fue una masacre”, sentenció con la voz quebrada.

El 17 de abril fue la última vez que se supo algo de Julián. Su madre advirtió su desaparición dos días después. Pese a presentar la denuncia, la fiscalía no actuó con rapidez, ni siquiera luego de que el padre aportara datos clave. “Yo fui a la comisaría y señalé a dos personas que finalmente terminaron detenidas. Si me hubieran escuchado, quizás Julián hoy estaría vivo”, afirmó.

Dobra criticó la falta de coordinación entre la Policía y el Ministerio Público Fiscal. Relató que durante dos semanas él y su pareja recorrieron comisarías, aportaron datos, pidieron que se abrieran líneas de investigación, y no obtuvieron respuestas. “Yo investigaba mientras la fiscalía no me atendía. Iba de noche a buscar pistas, porque veía que todo estaba frenado”.

Fue recién tras presentar una queja formal ante el procurador general de Río Negro que se produjo el primer cambio. “Ahí sacan a la primera fiscal, que ni siquiera me respondía los llamados, y nombran a la doctora Belén Calarco. Ahora, al menos, hay otra actitud”, explicó.

Julián tenía 34 años. Trabajaba como vigilador nocturno en el cementerio Parque y daba clases en clubes deportivos. Había estudiado en Bariloche, donde fue técnico de fútbol infantil. “No tenía enemigos, pero sí un vínculo tóxico con una mujer, y luego con personas que lo rodeaban. Algunos hoy están detenidos”, relató su padre.

Antes de desaparecer, Julián le había contado que le robaban en su casa y que pensaba instalar más seguridad. Incluso le pidió herramientas a su padre para reforzar una reja. “Pero cuando desapareció, todo estaba cerrado con llave. ¿Quién entró y se llevó cosas?”, se preguntó Tomás, aludiendo al robo de una consola, un televisor, una bicicleta y otros objetos.

El cuerpo de Julián fue hallado el 30 de abril. El dato más espeluznante es que su auto fue incendiado el día del velorio, lo que evidencia que quienes lo utilizaron se movieron con impunidad incluso después del crimen. “Se pasearon por la ciudad con su auto después de matarlo, ¿cómo nadie los vio?”, se preguntó.

Los detalles forenses todavía no fueron oficializados, pero Dobra confirmó que recibió información extraoficial sobre el nivel de violencia con el que fue asesinado su hijo.

“Me dijeron que es uno de los crímenes más brutales de la historia de Río Negro. Fue golpeado, atacado a traición. No fue una pelea, fue una emboscada”, expresó.

También sugirió que detrás del crimen puede haber intereses ligados al trabajo de Julián en el cementerio, donde había tenido conflictos con empleados de otra empresa. “Lo suspendieron sin avisarle, se burlaban de él, y finalmente lo echaron. Todo eso pasó días antes de su desaparición”, sostuvo.

Tomás Dobra no pidió venganza, pero sí exigió una investigación a fondo. “No quiero que inocentes paguen, pero que se investigue a todos: a su entorno, a la empresa para la que trabajaba, a quienes lo echaron sin causa y lo expusieron. Y si la Justicia no actúa, esto se va a repetir”, advirtió.

Para él, este caso debe ser un punto de inflexión: “Hoy pedimos justicia por Julián. Pero mañana puede ser otro chico, otra familia. La justicia debe protegernos a todos”.

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