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Crece el rechazo al recorte de bibliotecas populares y teatros independientes

Aumenta la preocupación en todo el país por el impacto de las medidas impulsadas por el gobierno nacional que apuntan a reducir o reestructurar organismos culturales clave, como la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). El tema llegó este jueves a la Cámara de Diputados, donde se debate el futuro de estas instituciones en un […]

Aumenta la preocupación en todo el país por el impacto de las medidas impulsadas por el gobierno nacional que apuntan a reducir o reestructurar organismos culturales clave, como la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). El tema llegó este jueves a la Cámara de Diputados, donde se debate el futuro de estas instituciones en un clima de creciente malestar en sectores vinculados a la cultura y la educación.

La CONABIP ha sido históricamente un pilar para el fomento de la lectura y el sostenimiento de más de 1500 bibliotecas populares, muchas de ellas ubicadas en zonas rurales o vulnerables. A través de una estructura federal y participativa, ha canalizado fondos de forma directa y transparente, permitiendo a estas instituciones capacitarse, renovar sus acervos y cumplir funciones educativas y comunitarias.

El posible debilitamiento operativo y simbólico del organismo, ya sea mediante un decreto o su absorción por parte de otra dependencia del Estado, genera rechazo por parte de bibliotecarios, referentes culturales y legisladores. Desde el sector advierten que se trata de una medida regresiva, que además viola el espíritu de la ley 23.351 que garantiza su funcionamiento autónomo.

Uno de los puntos más cuestionados es la creación de un consejo asesor sin poder vinculante, que no asegura representatividad ni criterios claros de funcionamiento. Jorge Pesaro, integrante de la Federación de Bibliotecas Populares, expresó su preocupación al respecto: “No sabemos cómo se integrará ni quiénes decidirán por las bibliotecas. El riesgo de decisiones centralizadas y alejadas de las realidades culturales del país es muy alto”, afirmó.

En paralelo, los espacios de teatro independiente también manifestaron su preocupación ante la posibilidad de sufrir recortes similares. En ambos casos, las instituciones atraviesan una situación compleja: deben reconvertirse, ampliar funciones y sostenerse con recursos limitados, mientras enfrentan un escenario económico que pone en riesgo su subsistencia.

Pesaro subrayó además que “las bibliotecas populares no sobran: hacen falta más que nunca”, y destacó que el modelo participativo y federal es lo que ha permitido a estas instituciones sobrevivir en contextos adversos y mantenerse cerca de sus comunidades.

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