
Pasado el triunfo de La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires, los debates internos resurgieron, esta vez, desde su origen. Desde el entorno de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, aseguran que la funcionaria sigue de cerca cada paso que da el asesor presidencial Santiago Caputo, a quien le sospechan de querer disputarle poder.
Lo cierto es que, desde el inicio de la gestión, el presidente Javier Milei distribuyó las tareas entre su círculo rojo. Él se dedica al seguimiento puro de la economía, materia que domina junto al ministro Luis Caputo, y para eso se mantiene al margen de los debates políticos que asignó a su hermana, en primer término, y al asesor presidencial después.
De esa distribución surge la famosa definición del «Triángulo de Hierro», que blinda a cada uno de los miembros y les dota de autoridad y cercanía al libertario. Sin embargo, hay voces que intentan aclarar que no se trata de un triángulo isósceles, muchos menos un equilátero, sino de un escaleno.
La aplicación de la geometría solo busca remarcar que, pese a formar parte de la mesa del mandatario, la funcionaria y el asesor no tienen el mismo poder dentro del esquema estructural, sino que existe una diferencia en los rangos de autoridad.
Es ante esa configuración casi predestinada que los movimientos de Caputo, a veces en dirección contraria a los de Karina, llaman la atención de la secretaria general de la Presidencia en lo que, desde su entorno, detectan ante la agencia Noticias Argentinas como una clara intención de disputarle poder para ampliar su alcance de movimiento.
A las existentes diferencias de criterios, le suman la “puja para quedarse con el control de lo político” que leen desde el karinismo, y que atribuyen a lo que denominaron como el síndrome de “la alfombra roja”.
Se trata de una referencia que se utiliza para graficar el trato preferencial del personal de la salud a pacientes influyentes o de estatus elevado, sin importar su necesidad real de atención, y que encuentra en este caso su reinterpretación.
En Casa Rosada consideran que Santiago Caputo tomó carrera tras la eliminación de su competidor directo, el exjefe de Gabinete Nicolás Posse, y en ese camino protagoniza acciones que tienen como objetivo absorber nuevas tareas y ampliar su rango de dominio.
Desde el círculo íntimo de la menor de los Milei reconocen que la funcionaria detecta cada una de las acciones, aunque aseguran que hace caso omiso y que evita inmiscuir al Presidente, que se mantiene al margen y solo aparece para hacer equilibrio entre las filas libertarias.
Además, le bajan el tono a la disputa al rehuir hablar de “interna” para suplantarlo por “diferencias”, y prometen que, por lo menos hasta octubre, no habrá grandes sobresaltos en el vínculo.
Por los pasillos de Balcarce 50 aseguran que el libertario evita meterse en esos temas, no sin monitorear, aunque a lo lejos, el desenlace de los sucesos. “Milei se ha convertido en un gran administrador de poder”, lo definen.
Desde el entorno de Caputo guardan distancia y escinden a Karina Milei del debate, pero redirigen los dardos contra un sector de su entorno. Creen que accionan en su nombre sin que la funcionaria esté al tanto de sus movimientos, y les atribuyen difundir versiones erróneas a la prensa. Además, los responsabilizan de construir en torno a su propia marca, ajena a La Libertad Avanza.
El diseño de las listas y la construcción juvenil
Una de las principales diferencias que subyacen entre el consultor y la presidenta de La Libertad Avanza (LLA) reside en los criterios a utilizar a la hora de los armados de las listas para competir en las elecciones nacionales y provinciales.
Karina Milei descansa en sus dos armadores, Eduardo “Lule” Menem, a cargo del interior del país, y Sebastián Pareja, abocado a la provincia de Buenos Aires. Ambos alfiles se inclinan por una concepción de armado tradicional, con fuerte presencia en los territorios, y con total predominio del color violeta en la boleta, que aspiran a que sea “pura”.
La terna la completa el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que, en calidad de vicepresidente del espacio y mano derecha de la funcionaria, la escolta durante las visitas de campaña a las provincias del país.
Por su parte, el espacio que lidera el asesor tiene como premisa la idea de privilegiar los acuerdos políticos con sectores afines –los oficialismos en las provincias–, de cara a los comicios locales, pero con la mente puesta en el armado nacional para las elecciones del 26 de octubre.
Las estrategias tuvieron roces en la ingeniería electoral del interior, con epicentro en Santa Fe, pero las diferencias se acomodaron detrás del triunfo de Manuel Adorni, el elegido por los Milei para competir por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.
Desde ambos vértices del Triángulo de Hierro esperan replicar la lógica en la provincia de Buenos Aires, cuando el –hasta ahora designado– José Luis Espert intente arrebatarle el bastión al peronismo de Axel Kicillof.
La construcción de la juventud libertaria configura otro terreno de disputa interna. Mientras los jóvenes referentes del espacio que responden a Santiago Caputo lanzaron Las Fuerzas del Cielo, un espacio de militancia que se definió como “la guardia pretoriana del Presidente», compuesta por “los soldados más leales, los que estuvieron desde el principio”, La Libertad Avanza trabajar en la captación y centralización de una agrupación juvenil.
Para esa tarea, Karina Milei confió en otro Menem, el más chico de ellos, Sharif, que con 22 años encontró su rol en el partido. De bajo perfil, el sobrino directo de Lule Menem asesora a su tío segundo, Martín, en la Cámara Baja, pero dedica varias horas de su jornada a acompañar, desde las sombras, la construcción de la juventud libertaria que se encuentra en un estado artesanal del armado. También participan Rocío Gómez y Dante Di Carlo en la ciudad de Buenos Aires y Geraldine Calvella en la provincia.
Asimismo, el “brazo armado” libertario lleva como cara visible al influencer Daniel Parisini, mejor conocido como “El Gordo Dan”, pero también cuenta con la activa participación del jefe de bloque de LLA en la Cámara de Diputados bonaerense, Agustín Romo; del secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo; y del director de Intercargo, Lucas Luna, entre otros.
Ambos sectores del Gobierno coinciden en que Las Fuerzas del Cielo y la juventud del partido no compiten ni chocan. No obstante, hay quienes reclaman que los referentes que nuclea el Gordo Dan, con peso específico en las redes, contribuyan a la construcción del espacio en formación, algo que no ocurre en la actualidad.
“La guardia pretoriana era una fuerza militar de élite”, graficó una importante voz del La Libertad Avanza ante la agencia Noticias Argentinas, al ensayar, con un dejo de ironía, un intento de argumentación que respalde la decisión de los referentes que responden a Santiago Caputo que evitan participar de las actividades de la juventud.