A 18 años de su desaparición y muerte, este martes inició el esperado juicio por el secuestro, abuso y femicidio de Otoño Uriarte, la joven de 16 años de Fernández Oro cuyo caso sacudió a la provincia de Río Negro en 2006. En el banquillo de los acusados están cuatro hombres imputados: Néstor Ricardo Cau, José Hiram Jafri, Maximiliano Manuel Lagos y Germán Ángel Antilaf.
El juicio, que se desarrolla en la sala 6 de la cuarta circunscripción judicial de Cipolletti, comenzó con un cuarto intermedio. La demora se produjo porque uno de los acusados, Antilaf, no estaba presente al inicio de la audiencia, aunque ingresó minutos después de las 9.
Desde temprano, los abogados defensores intentaron frenar el juicio. Representantes de Cau, Jafri y Antilaf solicitaron la revisión de un recurso en la Corte Suprema de Justicia para determinar la “insubsistencia de la acción penal”, argumentando que el tiempo transcurrido desde el crimen afecta el debido proceso. Incluso pidieron la extinción de la acción penal, mientras que el defensor de Lagos no se sumó a este planteo.
La fiscal María Teresa Giuffrida y la querella, encabezada por la abogada Gabriela Prokopiw, solicitaron que estos pedidos sean rechazados, considerando que ya habían sido desestimados por instancias previas. Tras deliberar, el tribunal rechazó los planteos, y la audiencia continuó con los alegatos.
La Fiscalía sostiene que los cuatro acusados planificaron el ataque contra Otoño. Según el alegato inicial, el grupo siguió a la adolescente cuando regresaba del polideportivo municipal. Para forzarla a caminar por un sector oscuro y aislado, le robaron la bicicleta en la calle Libertad. Posteriormente, fue interceptada cerca del aserradero Rebaliati, donde la subieron a un vehículo.
De acuerdo con la teoría fiscal, los acusados la llevaron a un lugar indeterminado, donde la abusaron sexualmente y la apuñalaron a la altura de las costillas, provocándole la muerte. Peritajes realizados demostraron restos de ADN de Jafri, quien habría eyaculado en la víctima. Finalmente, los agresores habrían enterrado el cuerpo y, días después, lo desenterraron para arrojarlo al canal El 30, donde fue hallado seis meses después.
La abogada querellante Gabriela Prokopiw no solo adhirió a la teoría de la Fiscalía, sino que denunció públicamente complicidad y encubrimiento dentro del Poder Judicial durante la investigación. “El caso de Otoño Uriarte es uno de los capítulos más oscuros de la Cuarta Circunscripción”, afirmó.
Además, la querella destacó que se presentarán 78 testigos durante el juicio, muchos de los cuales vincularán a los acusados con el secuestro y posterior asesinato de la joven.
En las inmediaciones del tribunal, familiares y vecinos acompañaron a Roberto Uriarte, el padre de la víctima, quien ha liderado la lucha por justicia durante estos 18 años. Para ellos, este juicio es un paso fundamental en el reclamo de verdad y reparación por el crimen de Otoño.
Dolor e impunidad
El caso de Otoño Uriarte simboliza una deuda histórica del sistema judicial con las víctimas de femicidio. Su desaparición y muerte expusieron no solo la violencia extrema de la que fue víctima, sino también las falencias estructurales en la respuesta inicial de las autoridades. La sociedad rionegrina sigue exigiendo justicia para Otoño, esperando que este juicio cierre un capítulo marcado por el dolor y la impunidad.
El tribunal está compuesto por los jueces María Florencia Caruso Martín, Juan Pedro Puntel y Amorina Liliana Sánchez Merlo. La fiscal del caso, María Teresa Giuffrida, lidera la acusación contra los imputados, mientras que la familia de Otoño está representada por Prokopiw.
Se espera que el juicio, que contará con un amplio despliegue probatorio y testimonial, arroje luz sobre los hechos que llevaron al brutal asesinato de la adolescente y determine la responsabilidad de los acusados.