
Científicos del CONICET desarrollaron una bebida funcional en polvo a base de jarilla, arándano y miel, que podría prevenir enfermedades crónicas no transmisibles. El proyecto, liderado por investigadoras de la Universidad Nacional de Tucumán y del Comahue, busca combatir el síndrome metabólico, la diabetes y la obesidad, dolencias que afectan a millones de argentinos.
La jarilla (Zuccagnia Punctata), una planta nativa de los ambientes áridos del Noroeste Argentino, es el componente clave de esta fórmula que combina innovación científica con el rescate de especies autóctonas. La bebida en desarrollo promete aportar propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antibióticas, según explicaron los equipos de investigación involucrados.
El estudio está a cargo de la Dra. María Inés Isla, del Instituto INBIOFIV (CONICET y Universidad Nacional de Tucumán), y de la Dra. Salvatori, del Instituto PROBIEN (CONICET y Universidad Nacional del Comahue). Ambas lideran un trabajo conjunto que ya generó una bebida en polvo, fácil de preparar y con compuestos bioactivos de alto valor nutricional.

El proceso de elaboración incluye la recolección de jarilla en los Valles Calchaquíes y su transformación mediante técnicas avanzadas de deshidratación como la liofilización y el secado spray. Esto garantiza la conservación de las propiedades funcionales y permite una producción a gran escala para su futura comercialización.
Además de la jarilla, la bebida incorpora jugo de arándano y miel de azahar de limón, potenciando sus beneficios para el control del metabolismo de grasas y azúcares. Este alimento funcional tiene potencial para prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad, que en Argentina presentan índices alarmantes, sobre todo en niños y adolescentes.
Los investigadores destacan que el desarrollo de este producto no solo tiene un impacto positivo en la salud pública, sino también en las economías regionales. La jarilla, como recurso nativo, promueve el desarrollo sustentable de las comunidades locales, impulsando prácticas de cultivo y recolección responsables en el NOA.
Aunque los primeros resultados son alentadores, los científicos aclaran que aún deben realizarse estudios en modelos in vivo y ensayos clínicos para validar sus efectos sobre el estrés oxidativo y los trastornos metabólicos. No obstante, el avance marca un paso significativo en la investigación de alimentos funcionales basados en recursos naturales argentinos.
Este proyecto simboliza la integración entre el conocimiento científico y los saberes tradicionales, valorizando el patrimonio natural del país. Con la jarilla como protagonista, Argentina podría estar frente a un nuevo súper alimento que redefine la relación entre salud, tecnología y sustentabilidad.