
Los trabajadores de Cerámica Neuquén realizarán una asamblea el próximo viernes para definir cómo continuarán con los reclamos a la Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza (CALF), tras más de un mes sin suministro eléctrico. La reunión se presenta como un punto clave para decidir si retoman las medidas de protesta o buscan nuevos canales de diálogo.
La fábrica ceramista atraviesa una situación crítica debido a facturas impagables que alcanzan los 40 millones de pesos por mes, lo que impide a los trabajadores mantener la producción. Pese a la movilización realizada el pasado miércoles frente a CALF, el directorio de la cooperativa no ofreció una respuesta concreta a sus demandas.
La asamblea se convocó luego de que la protesta no arrojara resultados, y los ceramistas insisten en que la reconexión eléctrica es vital para la continuidad de la fábrica, gestionada bajo un modelo de autogestión por sus propios trabajadores.
«La energía eléctrica es más cara que la materia prima para producir», señalaron los manifestantes, quienes además presentaron un plan de inversión en maquinaria para diversificar y duplicar la producción como alternativa para regularizar los pagos a la cooperativa.
La expectativa está puesta en la asamblea, donde se debatirá si se realizarán nuevas movilizaciones o si se intentará retomar el diálogo con CALF. Los trabajadores sostienen que sin luz, las fuentes de trabajo de decenas de familias están en riesgo.
Durante la última protesta, CALF suspendió la atención al público, lo que generó malestar entre los vecinos que se acercaron para realizar trámites. Los ceramistas exigieron que la cooperativa priorice el diálogo antes que el cierre de puertas ante las manifestaciones.
La falta de respuestas por parte de la cooperativa profundiza la incertidumbre entre los trabajadores, que ven en la próxima asamblea la oportunidad de definir una estrategia para sostener la producción y garantizar sus puestos de trabajo.
La situación de Cerámica Neuquén se inscribe en un contexto económico difícil para las empresas autogestionadas, que enfrentan tarifas de servicios públicos cada vez más altas y pocas políticas de acompañamiento estatal.