
Desde febrero de este año, Centenario se encuentra en emergencia ambiental debido a los derrames cloacales recurrentes provocados por una infraestructura colapsada, agravada por un crecimiento urbano sin previsión. En ese marco, el secretario de Agua de la ciudad, Luciano Nagli, confirmó que ya se ejecuta una obra millonaria para el recambio de cañerías que permitirá encauzar los líquidos hacia la planta de tratamiento ubicada en calle 20, resolviendo así los rebalses y problemas sanitarios que afectaban a barrios cercanos al Casco Viejo.
La obra, que ya tiene un 35% de avance, consiste en la instalación de un nuevo caño de 1720 metros de longitud y 630 mm de diámetro, que reemplazará a la vieja red de asbesto cemento –material en desuso– que había quedado obsoleta. La ejecución de esta infraestructura fue posible gracias al apoyo del Gobierno provincial de Rolando Figueroa y la decisión política del intendente Esteban Cimolai, con una inversión estimada en 1800 millones de pesos. Esta nueva red no solo resolverá el colapso actual, sino que permitirá anexar nuevos barrios con una proyección de 30 años.
En paralelo, Nagli detalló que la ciudad enfrenta también una crisis de suministro de agua potable. Las dos plantas actuales fueron diseñadas para 45 mil habitantes, pero Centenario ya casi duplica esa población. Para paliar este déficit, se está ampliando la planta de captación en calle cero, que actualmente abastece a la zona sur, mientras se proyecta impulsar agua hacia el noroeste desde la potabilizadora de Villa Obregón.
Además, se ejecutan otras obras clave como una nueva planta en calle 7, que eleva agua hacia el barrio Tanque, y la licitación de un nuevo caño de 160 mm para abastecer barrios como Nueva España y 11 de Octubre, históricamente afectados por la falta de agua. “Con esta red vamos a poder resolver una demanda estructural que la ciudad arrastra hace años”, afirmó Nagli.
La situación en Centenario expone las consecuencias de un urbanismo desordenado sin inversiones en infraestructura básica, lo que obliga hoy a soluciones de emergencia y obras de gran envergadura para evitar un colapso sanitario. Mientras tanto, se sigue utilizando el sistema de camiones atmosféricos para transportar líquidos cloacales hasta que finalicen los trabajos.