A 18 meses del asesinato del soldado Pablo Gabriel Jesús Córdoba, ocurrido en el Grupo de Artillería 16, la familia del joven renovó sus críticas al Ejército y al juez Hugo Greca, quien está a cargo de la investigación. Acusan tanto a las fuerzas armadas como al sistema judicial de encubrimiento y de falta de impulso en el caso.
El 1 de diciembre, se cumple un año y medio de la tragedia, pero por primera vez, la familia decidió no marchar por las calles de Zapala para exigir justicia. En un mensaje publicado en redes sociales, explicaron que han decidido priorizar la salud emocional de los miembros de la familia, quienes enfrentan una pérdida irreparable y una brutalidad institucional que consideran indescriptible.
Natalia Uribe, madre de Pablo, expresó a medios locales lo difícil que ha sido sobrellevar la situación. “Es muy complicado armarse de fuerza e ir todos los meses a un lugar donde no le importa a nadie. Tengo que priorizar mi salud”, confesó. A pesar de los esfuerzos, la familia ha visto cómo el caso no avanza, lo que aumenta su frustración y dolor. “Nos llena de impotencia que, a pesar de que ya se cumplen 12 meses de este año, la causa sigue estancada”, agregó.
La investigación del caso, que en un principio fue dirigida por un fiscal que finalmente renunció, está ahora a cargo de un nuevo fiscal, quien según la familia no ha logrado hacer nada significativo. La falta de avances ha generado un fuerte malestar, sobre todo considerando la gravedad del crimen: Pablo fue asesinado de dos disparos en la cabeza mientras cumplía guardia el 1 de junio de 2023, sin que hasta el momento se haya logrado identificar el calibre del arma utilizada.
El juez Hugo Greca, quien está a cargo de la causa, también ha sido objeto de duras críticas. Además de su ineficiencia en el caso, Greca está actualmente en una terna para ascender a la Cámara Federal de Roca, lo que ha generado preocupación en la familia Córdoba, que considera este hecho como un reflejo de la impunidad que reina en el caso.
En paralelo, la sociedad de Zapala sigue muy atenta a la evolución de la causa, pero la falta de respuestas claras por parte de las autoridades ha generado un creciente descontento. La familia ha denunciado en varias ocasiones que el caso ha sido tratado con indiferencia tanto por las autoridades judiciales como por las militares, quienes hasta el momento no han dado muestras de querer esclarecer los hechos.
El hecho de que la investigación no haya logrado avances sustanciales en más de un año y medio ha dejado a la familia Córdoba con un profundo sentimiento de desamparo. La ausencia de pistas y la falta de claridad en torno al móvil del crimen alimentan la sensación de que las instituciones responsables no están actuando con la seriedad que el caso requiere.