
El padre de Julián Dobra cuestionó duramente la primera etapa de la investigación por el brutal asesinato de su hijo en General Roca, Río Negro, denunciando que la Fiscalía no comprendió la gravedad del caso inicialmente, según declaró en exclusiva a medios locales. Tomás Dobra, visiblemente afectado, expresó su frustración por la demora en las acciones tras la desaparición de su hijo, hallado muerto el 30 de abril en una zona de bardas al norte de la ciudad.
La familia se constituyó como querellante, incorporando a dos reconocidos penalistas de Roca para impulsar la causa judicial. Esta decisión, tomada a una semana del hallazgo del cuerpo de Julián, refleja el compromiso de los padres por esclarecer el crimen, que conmocionó a la comunidad y dejó interrogantes sobre las circunstancias del homicidio.
Julián Dobra fue asesinado con extrema violencia, con un disparo en la cabeza y signos de tormento, según fuentes judiciales. El joven de 32 años, egresado de la Universidad Nacional del Comahue, desapareció el 16 de abril tras salir de su departamento en un Suzuki Fun rojo, y su cuerpo fue encontrado dos semanas después por un vecino en un paraje remoto cerca de la Ruta 6.
El auto de la víctima apareció quemado, hallado el 3 de mayo frente al Parque Industrial 2, a kilómetros del lugar del crimen, lo que complicó la investigación. La Fiscalía mantiene estricto hermetismo, pero los investigadores analizan el celular de Julián, encontrado entre su ropa, en busca de pistas clave sobre los autores del homicidio.
Tomás Dobra lamentó la respuesta inicial de la Fiscalía, afirmando que “no me entendieron” cuando reportó la desaparición de su hijo. Según el padre, las autoridades subestimaron la urgencia del caso, lo que retrasó las acciones de búsqueda y permitió que el crimen permaneciera sin avances significativos durante semanas, profundizando el dolor de la familia.