
La tragedia que envuelve el asesinato de Andrés Benito «Cachi» Varela, un comerciante brutalmente asesinado en Centenario en 2023, sigue impactando a la comunidad, mientras la familia del acusado apunta a una posible injusticia. Abigail Vidal, hermana de uno de los tres imputados en el homicidio de Cachi Varela, habló con profundo dolor y desesperación sobre la situación de su hermano, quien está acusado de participar en este crimen, pero cuya inocencia según su familia aún no ha sido probada.
El caso comenzó el 14 de septiembre de 2023, cuando el allanamiento realizado en la vivienda de la familia Vidal resultó en la detención de su hermano, quien fue señalado como uno de los responsables del asesinato de Varela. Sin embargo, a lo largo de las audiencias judiciales y la presentación de pruebas, los abogados de la defensa alegaron que las pruebas en contra del acusado eran insuficientes y poco confiables. «Nos dicen que mi hermano mató a Cachi, pero no hay pruebas, solo un testimonio de alguien con problemas de adicción. Es injusto,» expresó Abigail.
En su relato, Abigail dejó en claro que la única acusación concreta contra su hermano provenía de una persona drogadicta que, según ella, no podía ser considerada confiable, ya que su testimonio se encontraba viciado por el estado de drogadicción en el que se encontraba la persona que lo hizo. «Lo único que tienen es el testimonio de alguien que está completamente fuera de sus cabales, y eso no es suficiente para condenar a mi hermano,» añadió, visiblemente afectada.
Además, la defensa de la familia Vidal presentó pruebas que demostraron que el ADN de su hermano no coincidía con las muestras encontradas en la escena del crimen, y que las cámaras de seguridad tampoco lo captaron en ningún momento durante el suceso. De hecho, Abigail relató que se habían realizado dos pruebas de ADN, ambas negativas, y que, a pesar de ello, su hermano seguía bajo acusación. «No lo captaron en ninguna cámara, su ADN no coincide, pero igual sigue acusado. ¿Cómo es posible?», cuestionó.
El caso se intensificó aún más cuando Julio Vidal, otro de los imputados, cambió su versión de los hechos. Inicialmente, no quiso declarar, pero en una audiencia posterior, afirmó que su hermano había estado presente en la escena del crimen. Sin embargo, Abigail sostiene que esa declaración fue falsa, ya que en un principio Julio nunca mencionó a su hermano como involucrado, lo que dejó en evidencia inconsistencias en el caso. «Primero mintió, luego cambió su versión, pero la justicia parece haberle creído,» expresó la hermana del acusado.
En medio de esta situación judicial, Abigail Vidal no solo está enfrentando el dolor de ver a su hermano detenido injustamente, sino que también tiene que lidiar con el clima de tensión social generado por el brutal asesinato de Cachi Varela. La comunidad de Centenario ha reaccionado con consternación ante el homicidio, lo que ha provocado una gran presión sobre el caso. Los residentes de la localidad han expresado su dolor por la muerte de Varela y exigen justicia, pero la familia Vidal también pide que se reabra el caso y que se investigue a fondo la inocencia de su hermano.
El asesinato de Cachi Varela fue particularmente brutal, ya que el comerciante fue encontrado con una bolsa en la cabeza, atado de pies y manos con alambre, y golpeado salvajemente. Este crimen ha marcado a toda la comunidad, y mientras algunos insisten en que los culpables deben ser castigados, la familia Vidal insiste en que la verdad no ha sido completamente revelada.
Ante la falta de pruebas que incriminen a su hermano, Abigail y su familia han decidido tomar acciones para visibilizar su caso, planeando movilizaciones y marchas en las calles de Centenario. «Estamos dispuestos a salir a la calle porque mi hermano es inocente y no podemos quedarnos callados mientras lo acusan sin pruebas,» subrayó Abigail, añadiendo que las movilizaciones tienen como objetivo presionar para que se reabra el caso y se revea la investigación. «Queremos que la justicia sea justa, que revisen todas las pruebas y que mi hermano quede en libertad,» concluyó.
Además, Abigail hizo hincapié en que el sistema judicial debe actuar de manera imparcial y sin presiones externas. «No es justo que alguien quede preso por algo que no hizo solo porque una persona drogada lo señaló. Eso no es justicia,» lamentó.
Este caso ha generado una amplia polémica en la región, ya que pone sobre la mesa una problemática social más profunda relacionada con la presión social, los testimonios viciados y la necesidad de contar con pruebas claras antes de tomar decisiones tan graves como una condena.
La familia Vidal ha hecho un llamado a la sociedad para que se unifiquen esfuerzos a favor de la justicia y la verdad, y para que los procesos judiciales no se vean empañados por la desesperación y la falta de pruebas claras.
Este caso seguirá siendo seguido de cerca por todos aquellos que se sienten involucrados en la búsqueda de justicia, ya que involucra tanto el dolor por la muerte de un comerciante, como la posibilidad de que un inocente quede tras las rejas debido a un proceso judicial mal llevado.